Ese… ser inmundo. Ese… cobarde asqueroso. Ese… ser repugnante y avaricioso. Ese, Excmo. e Ilmo., Porco. Sí, el mismo que tal viste y calza. ¡Que le tenga pena! ¡Que si es muy mayor! ¡Mira, tan viejo y pellejo como Videla!
Ahí… donde le ves… el escusado tenía la costumbre de hacerme una reverencia cuando pasaba…Sí, el muy… muy… después, de rodar, con mi vida, su película particular. Después, de manipular e inventar datos de mi existencia, a su antojo y voluntad. Después, de habernos desgraciado para siempre. Después, de estar orondo y recreado rodeado de las riquezas fruto de los robos y perversiones planeadas. Después, de llevar al Juzgado de Primera Instancia, nº 1, de Castro-Urdiales, a mis dos hijos. Después de todo eso y más… ¡Anda, que ni siquiera vino al entierro de su hermano! ¡Porco!
Hasta el pasado verano, el escusado, Sr. Don, Gaetano Lo Coco Cortázar, cada vez que me encontraba, públicamente, me hacia una reverencia… Y lo hacía sin que le temblara el pulso.
-
Me supongo que, un pez de tan noble escama, el, SE, gran escusado de la magistratura
italiana, sabe muy requetebién que llegando a cierta edad…88, años es tan
intocable como el rey.
Si… a… ésto… añadimos el abolengo que le aporta tener el titulo
nobiliario de Isabel la
Católica, junto, con el poder socio económico que le proporciona *(1) lo robado, principalmente,
por haber repartido el botín, entre, *(2) los cuatro y el del tambor… ¡Apaga y vamos!-
Ese…
Tano del tano. Ese… Excelentísimo y Ilustrísimo, Cayetano Lo Coco Cortázar, sabía y sabe, de sobra, que podía y puede permitirse el lujo de hacer lo
que se le pusiera y se le ponga… Ahora, rico, ilustre, condecorado y viejo…
¿quién le va a poner el cascabel?… Gato y michines andan por la ratonera, sin ton ni
son, dispuestos a tragarse los ratones que sea preciso para saciar su in
comedida crueldad y sadismo.
Como…iba…
contando… el tal, escusado, varón, amparado y alabado por la corte de corruptos
y criminales, se hacía encontrar por las esquinas, acompañado de su eterna
escusada. Con esa cara de, "pappamolla", (miga blanda), y con su meticulosa
parsimonia ponía, en práctica la última
perversión. Encorvaba la podrida chepa…Y
sonreía… Sonreía… con esa sonrisa malévola que muestran los sádicos psicópatas
al ver la víctima elegida, en la red de sus ocultos deseos. De seguido, poniendo la mano izquierda, en la panza, daba
apertura a la derecha exteriorizando lo que lleva dentro: Ser el, presunto, gran
lacayo del crimen y de la corrupción, entre, bastidores.
-¡Tanino,
hasta en eso eres mezquino!-
Era
la última perversión que se le había antojado practicar, conmigo, al cruel,
despiadado e inhumano ser de la magistratura italiana. Lo hacía públicamente, probablemente, para
provocar alguna reacción por mi parte y, de este modo, seguir con el espectáculo callejero de dimes y
diretes que se ha montado, el rey de la
tarantela siciliana y su corte soberana.
Hacerme pasar por loca. ¡No lo dudéis! Sí, sí, porque si, yo, a ese escusado de la
corona, le arreo un par de guantazos, bien dados, y a su escusada la canto una
jota, como Dios manda... A mí, ¡vete a saber lo que me hubieran hecho!
Porque
no os lo perdáis… cuando hacía la reverencia pública, además, de su eterna, le acompañaban dos o tres de los fieles… los
aguillos… la maestra y su marido… los que
alquilaban sus viviendas sociales… aquellos que llevan el dinero de la
minería a Italia…los primos… ¡Vamos una
colección de gárgolas vivientes que para qué! Seguro, para dar fe de lo que yo hubiera podido hacer. ¡Porcos!
Ni os podéis imaginar qué me pasaba por la cabeza… Bueno…intentaré
describirlo…Seguro que, al recibir el retrato de la pareja escusada, justo, en la hora del aperitivo, la creatividad metida, en apuros de
impotencia, prudentemente, me enviaba imágenes de los perpelutes reconvertidos, en deliciosas banderillas, mejor dicho, Gildos.
Sí, aliñados, en la barra de uno de los bares de Castro-Urdiales, a lo
Diodon… con sus pimientitos rojos, cebollinos, aceitunitas y guindillas canela… ¡Qué ricos!
Por
inteligencia natural, no tengo costumbre de zurrar la badana a nadie. No vaya a
ser que les tenga que pagar por nuevos…Sí, me hubiera gustado aplicar algunas de las que me proporciona, en los momentos más necesitados, el ingenio…Ir detrás con
una pancarta…o…disfrazada como Ruiz Mateos…recitar un bando público…vestida de
fosforito…con una bocina a lo Harpo ¡Qué se yo! Pero… aún no podía. Tenía que
tener un poco más de paciencia de aguante de lucha. Tenía que seguir callando y
aguantando…
-Callando y aguantando como… en los plenos….
Aguantando y callando, con el
dolor de mis consumidas entrañas, a ese, ex magistrado del Supremo en Roma,
a la concejal, *(3) Ana Gloria Sánchez
Zubiaurre, al alcalde, Fernando Muguruza
Galán, al Sr. Rufino Díaz Helguera, al Jefe de los Municipales y a una banda de,
presuntos, culpables de todas las
desgracias de mi vida. Unos… más… que…otros…
¡pero culpables!-
A
pesar de los Gildos… ¡Mi hiel estaba que ardía! Pero…No podía…no debía…me
faltaba muy poco para desenredar la madeja criminal… Había estado esperando
tanto tiempo…tanto…tiempo… No debía… ¡No podía hacer otra cosa! Callar y andar.
Callar y andar…Callar y andar…Mientras tanto, fui recopilando escaneando y
compulsando todos los documentos que, Jacinto Lo Coco Cortázar, dejó, en
herencia, añadiendo, los que fueron surgiendo a medida que la tela de araña se
iba dibujando.
- Cuando
ves a los verdugos… sientes… ese… vértigo en la boca del estomago…ese gélido temblor de
los chacras. Si, tienes la
desgracia de estar frente a su fina
estampa…cuando se cruzan las miradas…la de ellos, burlonas, amenazantes, con el
recochineo característico de los que son sabedores de su poder y gloria. La tuya, impotente, esperando otra de las suyas…es la vida atrapada en un pozo. ¡Como la de los mineros! Tan solo los sacrificados inocentes y
desamparados del mundo prueban la hiel
infinita que inunda cada amanecer.-
Durante
sus vacaciones, en el lago del Como, no sé lo que hará, el gran escusado…en España, os aseguro, el Tano-Tanino, dedica sus vacaciones a
engordar a su querido y escondido Diodon. ¡Lleva cebando al pececito, encantado,
más de veinte años! ¡Tiene una escama de EFECON a prueba de meteoritos! El pasado verano vino a pulir, otra de sus
robadas herencias, en el Juzgado de Instrucción, nº 1, de Castro-Urdiales.
Un
feliz e indescriptible día de agosto…estaba terminando de hacer un artículo, en el aula de informática del centro cultural, Eladio Laredo de
Castro-Urdiales. En esto…que siento por
mi espalda, un no sé que…un no sé como…y… ¡Uiii!… ¡qué frío! ¡Uiii!…¡Pero…si es
él… el Excmo. e Ilmo., Gaetano Lo Coco Cortázar! Pensé… ¡no me lo puedo creer! Para
cerciorarme, me levanté y pregunté a la
persona responsable del recinto. ¡Oh! cielos que horror! El infeliz no sabía quién era el escusado… Miré de
reojo. Era él.
Pensé…
¡a ver las que me va a preparar! Por si las moscas, recogí mis pertenencias y
me disponía a dejar el espacio… cuando… veo al, "pappamolla", salir. Salgo y, allí, estaba esperando el
ascensor… Hice notar, al Ilustrísimo, que
iba a tomar, el ascensor, pero, el muy…muy… esperó a que me aproximara a la
puerta y… ¡Tachán! ¡Tachán! El,
presunto, gran lacayo del crimen organizado se encorva y me hace la reverencia…Yo,
en ese, inolvidable, día de mi
existencia, agradecí tan ilustre
reverencia con, otra, la primera de mi
vida. ¡Qué felicidad! ¡Qué jubilo! ¡Qué plenitud! Por fin, podía hacer lo que, el "pappamolla",
había estado haciendo siempre. ¡Tenía
todos los documentos distribuidos! ¡Qué me puede importar, ahora, la cárcel,
otro secuestro, o la, mismísima, muerte bien sea física, moral o monetaria!
Quiso,
pero, la técnica que la felicidad adquiriera matices insospechadas. Porque el
muy…seguía haciendo, reverencias, y, yo,
le correspondía con otras…de igual pelo… y el escusado volvía a repetir, la
reverencia, una, tras, otra y aproximándose a la puerta del ascensor…
Pensé…
¡Uiii!...mal término de pensar…y… se abre la puerta. Y, el Excelentísimo, repitiendo la reverencia,
con aquella cara de miga blanda y aquella sonrisa… apuntando maneras de cederme
la entrada que… yo…pensé… ¡Uiii!... y en esto que veo, al gran escusado, con un
susto de muerte en la cara! El ascensor, como no entiende de reverencias ni de
ilustres escusados, no tuvo la amabilidad ni deferencia que tiene el
Ilustrísimo, en el Juzgado de Primera Instancia de Castro-Urdiales, y sin pensárselo dos veces, le agarró entre sus férreos brazos.
Al
de dos días y en el mismo lugar aparece el escusado, con su eterna…. Se habían
apuntado a unos cursillos gratuitos de informática. ¡Cómo les cunde a ciertos
emigrantes las vacaciones, en suelo español! Pero…los escusados, en vez de esperar
a que terminara la hora determinada
para el uso de los ordenadores, como todo pichichi, entraban. Se
colocaban detrás de dónde estaba sentada….Y…de nuevo… aquel vuelco… en el
estomago…y el frío corriendo por mis espaldas… Cuchicheaban…bisbiseaban…
invadiendo el espacio con risillas de viejos malévolos y perversos. Ni que decir
tengo, la repugnancia que sentí, en lo más profundo de mi ser, al ver juntitos y desvergonzados a los dos malvados. ¡ Porcos! Y
pensé…en todo lo que nos había hecho…pensé…en una persona, querida, maravillosa
y amiga. Mañana será otro día…me dije.
Pero…
como no soy, Scarlata O`Hara, y a la
pareja de diodones no se les lleva el viento ni por encargo… decidí sacar a pasear
una camiseta. La camiseta es blanca, como la nieve y lleva estampado, * un artículo, en letras negras, muy, negras, tan negras como están los recortados del carbón… y…
demás… ajusticiados. El artículo
porta la noticia de uno de los periódicos que publicó el crimen cometido por,
Jacinto Lo Coco Cortázar, y los
nombres de quienes ayudaron a sofocarlo.
Entre, ellos, al mando de la instrucción jurídica, el magistrado de Supremo de Roma, SE.
Gaetano Lo Coco Cortázar.
El
artículo se podía leer sin dificultad. Y dado que el pueblo no tuvo acceso a la información
porque los delincuentes y sus amiguetes se encargaron de ello… ¡no
veas que éxito de exposición popular tuvo! Fui al aula de Cultura como de
costumbre. Me senté en el mismo sitio. Ahí, que entran, los escusados, de la
manita…Un rápido cuchicheo y zas desaparecen… ¡Uiii!...pensé…Al salir diviso a la pareja de escusados medio escondiditos…
¡Uiii!...ésto funciona…y me quedé cerquita de
la puerta dejando que curiosos
leyeran y preguntaran por el artículo. Agradecida, daba hasta la última
información… ¿Ves esos dos tortolitos que están ahí medio escondiditos? ¿Los ves…sí?
Ese…ancianito…encogidito…
que… está… detrás… de la ancianita… es
el magistrado del Supremo, en Roma. Y, si, no lo crees… toma nota del nombre…como
lo han hecho otros y coteja, con el nombre
de la matricula. ¿Y su acompañante?
¿Quién es?
Si
queréis saber… más… iros y preguntárselo
a
la gente mayor del pueblo. Ellos, son la memoria histórica de Castro-Urdiales y
saben mucho de macabras historias….
Y
como los poderosos y corruptos a lo único que
tienen miedo es al escándalo o a que les quiten el dinero robado, además, de
pasearme con la famosa camiseta; me dedico, en cuerpo y alma a divulgar la
importancia de ser llamado, Excmo. e Ilmo. Porco, alias, el Escusado.
¿Pena?
¿Quién dijo pena? ¡Pena del demonio que no ve la cara de Dios! ¿Pena? De unos profesionales del crimen
organizado que han entrado, en la vida socio política para arrasar con lo público y privado. Pena…Sí, en lo privado,
por no haber manchado mis manos de sangre y creer, en la justicia y, no, en el
poder del dinero. Y, en lo público, por confiar y apoyar a Fistros de la Pradera Castrense,
pensando que eran honrados y demócratas.
Y, más, viendo como los criminales gozan de impunidades avaladas por ley; delitos prescritos y derechos acumulados
y las víctimas no tiene, ni un pedazo de tierra para descansar, en paz.
¡Así,
que ya sabéis ni pena ni olvido! Y del perdón ni te digo…perdonaré como perdoné
a Jacinto…y…si hace falta, les pago entierro y últimas voluntades… como hice
con el fallecido. Y mientras… con la antena puesta porque ¡Quien hace un cesto hace ciento!
* Lo que está pa ti nadie te lo quita.
Willy Chirino
*(1) Treinta y cuatro años de indignación
*(2) El mobbing del robbing
*(3) Ana Gloria Sánchez Zubiaurre
María
Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)