¡Eso
es lo que soy, mía!
Lo escribí hace mucho y sigo pensando igual. No renuncio a
ninguno de mis derechos, pase el tiempo que pase y hagan lo que me hagan. Lucho
por mis derechos robados, cuando puedo, no, cuando quiero. Pero, los llevo a
cabo, o, por lo menos lo intento... ¡que ya es bastante! Rodeada como estoy de
delincuentes profesionales de lo ajeno y con poder.
Siempre
he sido así. Recuerdo las agresiones sufridas por seres queridos desde la muy
tierna infancia y he actuado según mis principios y criterios. Estos son, ni
más ni menos, los que todos los credos y grupos defienden pero que en realidad
no cumplen. Los universales son inherentes al ser. Hasta el más olvidado sabe
en su interior lo que es justo y lo que no.
La
lista de mis actuaciones es innumerable y comenzó cuando apenas tenia ocho
añitos. Presencié la agresión. Socorrí a la herida que tenía más de ochenta
años. Fui a pedir ayuda y solita, saqué a la querida anciana del lugar del
crimen. Cuando tuve que declarar, no me achiqué a pesar de todos los sobornos
que había sufrido. Sobornos que me vi obligada a aceptar para que los agresores
pensasen que, con ello, me iban a callar.
Fue
la época más rica de mi niñez cada semana recibía de paga, en vez de, la perra,
un real que a partir de, entonces, me parecía más bonito que el duro de plata
porque era mío y estaba bien guardado. El real tenía un agujero por donde metía
un cordón que llevaba atado al cuello. Gastaba el real de a veces para que mi
abuela, Flora, no preguntara lo de la chica del diecisiete… “Donde se mete la
chica del diecisiete de donde saca pa/ todo lo que destaca…”
En
Sao Paulo tuve que hacer frente a otra prueba de vida. El Dr. Takeo, el Sr.
Tertuliano y mi madre, en paz descansen, sabían mi modo de ser y de mi
responsabilidad. Amigas y vecinas eran testigos mudos.
En
la universidad de Deusto, preferí tener que cambiar de universidad y perder dos
años de mi sacrificada vida, antes, de renunciar a la verdad de los hechos que
habían sucedido. Llevé notario, pero, de nada valió. El secretario y padre,
Scheifler, intentó ayudarme por todos los medios. No fue posible para, ello,
tenía que condescender e ir a los exámenes de febrero.
-¡Nunca!
No he llegado hasta donde estoy para, a estas alturas, por un miserable
papelote, decir, sí, Buana donde tengo que decir que le zurren la badana. Es
más, le dije, tenga certeza que a mí no me conocerán por haber estudiado, en la Universidad de Deusto,
sino que a la
Universidad Deusto la conocerán por mí-
Conservo
con cariño su amable carta.
Luego
vino el caso de los niñitos de Portugalete, de lo que mucho pueden hablar, Paco, el bueno, Tere Ferrer y los afectados.
Poco me importó tener persiguiéndome con
cuchillo al desalmado. Fui testigo principal y no me corté ni un pelo y sino
que lo diga, Blanca Estrella… Después lo de Wisconsin…Y, a toda esa larga lista
añadir ciento de denuncias relacionadas con injusticias y abusos de todo tipo y
condición.
Esté
donde esté y en el lugar que esté, podéis tener absoluta certeza que denunciaré
y actuaré, allí, donde pueda, cuando pueda y cuando me dejen. Por eso, los
corruptos de donde sean y de la condición que ostenten, no me quieren ver ni en
foto.
Lo
más reciente que me han hecho es darme de baja del partido, diciendo, que no
pagaba la cuota y otras cositas que, ahora, mejor callar..., (eso no quiere
decir que no se sepa y que no esté denunciado, en todos los lugares donde he
podido). Y, todo, porque critiqué que, no se debe dar subvenciones del dinero
público para viajes, sea, a las asociaciones de mujeres o asociaciones de
hombres. ¡Y menos percibiendo cuotas de más de dos mil socias! También, puse
los puntitos sobre la falta de control y prevención, en otras tantas
decisiones… ¿Será que para ser partido tienes que estar partida y serte infiel?
Si,
así, es, podéis quedaros incluso con *(1) el rosario de mi madre… que os
recuerdo, hasta, que me parió tenía el coño virgen y nunca fue ni puta ni
japuta. ¡Si, cretinos, soy del santo y virginal coño de mi madre! ¡A ver quién
es el chulo que me lo discute!
Yo,
soy mía. Sí, mía que significa ser fiel a mis principios y criterios. ¿Os
parece mal? Pues, tomároslo con Okal porque seguiré por los siglos de los
siglos, amén, igual.*(3)
*(1)
El rosario de mi madre
Vals
Peruano
Autor:
Mario Cavagnaro
*(2)
PROEL: Algunos de mis escritos en, Colectivo de Mujeres La pimienta.
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)