¡Ay! Madre…
¡Ay! ¡Madre mía!
Cuantas alimañas
Envidiosas y
Tiñosos alrededor
Tuyo tenías…
¡Ay Madre!
¡Ay! ¡Madre mía!
Te fuiste y no llevaste
Contigo…
A toda ésta podrida jauría…
Envidiaban
Tu gracia
Tu porte
Tu hermosura
El verde verde
De tus ojos verdes
Tu risa alegre
Tu frescura
Mira desde donde estás
A las variadas gárgolas
vivientes
No han cambiado nada…
Siguen igual…
Como las hienas se devoran y
se revuelven
¡Protégeme! Ahora… que… eres… libre…
¡Ay! ¡Madre! ¡Ay! ¡Madre mía!
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)