jueves, 24 de mayo de 2012

CASTRO-URDIALES: DE CÓMO SE ENCONTRÓ A RICITOS DE ORO




Érase una vez… que se fue… Una niñita que como tenia el pelo rubio, muy, rubio y  rizado sus vecinos le llamaban… Ricitos de Oro. Era…amable…sonriente…parlanchina…Cuando andaba por aquel bosque encantado hablaba con todos los animales y  las flores se derretían  por brillar, en su delicado ojal. Era la consentida, la mimada  de, aquellos, lugares  alejados de la mano de Dios, donde nadie sabía de la existencia humana ni de su divinidad y que al ver aquella niñita tan rubia  pensaron que era un rayo de luz  divino.
Ricitos de Oro hacía y deshacía a su antojo…elegía  las flores que quería   y  perfumaba el ambiente con todas las ambrosías de una tierra virgen e inocente. Todos los animales estaban a sus pies, dispuestos a convertirse, en  alfombra, abrigo o fiambre para su boquita, chiquitita. El bosque  protegía a Ricitos de Oro…  la habían advertido que tuviera mucho cuidado de entrar, en la casita encantada que estaba, en la esquina habitada por una familia de osos…que guardaban su, único, panel de miel con garras y dientes.
Ricitos de Oro tenía… tantos… paneles  a su alcance y tantas abejas y termitas dispuestas a trabajar para, ella, que no  deseó el panel de los osos… hasta… que…
Un día, decidió hacerse con el prohibido panel. Y  se metió, en la casita encantada, y mientras buscaba la miel probó  y destrozó todo lo que, allí, encontró y se durmió. Cuando mamá Osa encontró a Ricitos de Oro, dormidita…pensó…pobrecita…Al despertar, Ricitos de Oro, se vio agasajada y protegida por aquella familia de osos…Y pensó…son… tan tontos… e idiotas… como el resto… de los animales del bosque… encantado…Mis ricitos de oro les ofusca y confunde…
Así que…se instaló en la casita encantada…Su, incontrolable, deseo era hacerse con el codiciado panel de miel. Mamá osa y sus oseznos estaban muy orgullosos de acoger, en su morada, aquella, niñita tan amable…Pero…como los osos son animales que invernan…pensó…vamos a cuidarnos la piel no sea que mientras estemos durmiendo…y decidió hacer un contrato a Ricitos de Oro…Ricitos de Oro no podía firmar contratos por su condición de divina…y engañó a un barrilero para echar la firma. El contrato sería por seis meses tiempo que duraba el invernar de la familia osuna. Y, luego, si no acontecía nada y, Ricitos de Oro, quería seguir viviendo, en la casita de la esquina…se renovaría el contrato…
Pero…he ahí que… pasaron los meses…Estaba a punto de comenzar el nuevo invernar y, Ricitos de Oro, no quería hacer un nuevo contrato…quería…una subrogación… ¿Subrogación?  Mamá Osa, dijo, ¡ni hablar del peluquín! ¡Ni por más rizos de oro que tuviera! Y… que si quería seguir viviendo, en la casita encantada, tendría que hacer otro contrato y que si no… ¡a vivir con la Sarmiento!
Entonces Ricitos de Oro que, todavía,  no había encontrado el modo de hacerse con el panel llamó a su familia y compraron, el secreto de la esquina…y con el secreto, el patio de luces…Y  los golosos animales que olieron la posibilidad de participar del festín y, por fin, acabar con la casita encantada y la familia de osos… urdieron el plan de Construcciones Rataplán. Ricitos de Oro, ocuparía la casita. Y, mientras, la familia de osos invernaba, Ricitos y sus animalitos se dedicarían a buscar el panel de miel. Por más boquetes que hacían por arriba y por abajo… no había manera de dar con la ambrosía encantada…tampoco, conseguía meter miedo, en el cuerpo, y que la familia de osos dejara la casita encantada, sobre todo… mamá Osa…
Un buen día… mamá Osa, preocupada por todos los agujeros que aparecían, en la casita, decidió enterarse  quién era, Ricitos de Oro, en verdad.  Para ello contó con, todos, aquellos animalitos que habían sido devorados y defecados por la, antropófaga, niñita que no era otro que un ser, muy, parecido al genio de la lámpara de Aladino. ¡Ay! Mi madre! Pensó… es, éste, Rasputin disfrazado de Ricitos de Oro, el que me está desgraciando la casita…
Y  fue, así, Ricitos de Oro, se metió, en la casita con todos sus animalitos. Trancó,  la puerta a cal y canto y la familia de osos no pudieron entrar. Hasta que, mamá Osa, pidió ayuda a los osos de otros lugares y, entre todos, consiguieron mostrar al bosque encantado quién de verdad era la, tal, Ricitos de Oro…
Pero…para cuando eso…la casita encantada…estaba como un queso gruller…gruyere...completamente agujereada…y… vertiendo agua por todas partes… Tanto es, así, que una de las paredes estaba a punto de desmoronarse poniendo, en peligro a los que por, allí, pasaban. Viendo que la pared se venía abajo, un vecino y  morador alertado, también, pidió ayuda…
Y entre unos y otros, más los  afectados, empezaron a  buscar a Ricitos de Oro por todas partes. Ella…creyendo su antigua divinidad, se hacía la remolona…y  no aparecía…Entonces, en  extremis mortis, mamá Osa,  lanzó un bando  por el bosque encantado y  los que habían sido víctimas de Ricitos de Oro se pusieron manos a la obra y lograron localizarla.
¿Queréis saber dónde estaba? Estaba escondida, en el cuarto oscuro, revelando las  fotografías  que había estado elaborando para intentar  engañar, al bosque encantado. Dicen, que enviaba las fotos de cómo había dejado la casita encantada…pero…poniendo la culpa a sus afables y encantadores dueños, sobre todo, a mamá Osa…
Quiso… pero… la verdadera  y única divinidad que para cuando… eso… el engaño y  destrozo de la casita encantada y sus secretos habían visto la luz pública. Y la documentación y  denuncias estaban  bien protegidas,  en la casa de la araña Web. Y es, así, cómo se han enterado buena parte del bosque castreño y de otros bosques encantados que, también, han sido victimas del engaño y de la voracidad de Ricitos de Oro y sus animalitos… Y colorin…colorado…  

* ¡Herrera Copiera! aprende y copia, como de costumbre, de éste nuevo legado…
* Oso agente especial...como no puede encontrar a una osa...

María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales   (Cantabria)