Ana jugaba
Miraba… miraba…
Con los ojazos grandotes
Observaba.
Sus manitas golondrinas
Revoloteaban
Entre risitas de Ondina
Entretenida suspiraba.
Los azabaches
Inquietos que nunca
Nunca paraban.
Parecían distraídos
Soñolientos
Envueltos en el tul
Del tiempo.
Ana… observaba.
Miraba.
Jugaba.
En la calle de San Juan.
En el barrio Marinero.
Por la Correría.
San Guillen.
El Pedregal.
Al son de la banda Municipal
Saboreaba su único duro.
Escapando como rayito de luz
De *Gigantes y Cabezudos.
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)