¡Jolines, Watson! ¡Qué malos son los cardos borriqueros! ¡Pican que se mata! Son más malos que Los Hermanos Malasombra.
Y llevaban razón los amigos cuando, a lo sibilino, me dijeron: “alrededor, tienes muy mala gente mejor harías irte…”, lo
dejaron caer cuando pasaban por la calle
Santander…sabían todo. También sabían
que… ¡De esta vez no! De esta vez no me iba. No me iba hasta no descubrir y denunciar lo que me faltaba. Esa fue la razón de no haberme ido a Espíritu Santo y, probablemente,
rehacer mi vida. No podía. Era y es más fuerte que yo. ¡Imposible!
Me
escapé del pueblo con mis dos hijos para protegerlos. Sí. Porque, por entonces,
en Castro-Urdiales, además de criminales, con poder, existían violadores y pedofilos
con historia y condena. Los vecinos
pueden contar qué le hicieron al pobre, Moisés, y cuanto les cayeron a
los que abusaron del infeliz. Entre
ellos estaba Jacinto. Fue lo que dijo la madre de uno de los violadores, a la
mía, cuando se enteró que me iba a casar con el y que si, Jacinto, se había librado gracias al magistrado…
Cuando
pedí la separación, en Mayo del 77, yo,
tenía 29 años. Mi marido tenía 49. La podrida jetset en la que se movía, Jacinto, tenían su edad,
menos, los virgencitos y virgencitas que solían acompañarle. En la actualidad,
los, primeros, de edad avanzada y ociosos como siempre y los, segundos, entre
cuarenta y pico y cincuenta, ambos,
disfrutando muy dignamente de lo obtenido.
Unos
cuantos ejemplares de las familias
putrefactas, pedofilos, fotógrafos y ex
virgencitos y virgencitas hacen la ronda y se alternan con el resto de
criminales y ladrones. Las secuencias, en video, pueden dar fe de lo que
digo. Hoy, pongo la relación y
procedencia, como insistan, haré los nombres públicos y pediré el ADN de
sus retoños.
Por
las esquinas bien organizadas aparecen:
De
las Anas: La tía y su cuñada. La madre y sus hermanas. De la Tititita , ella, sus
primos y primitas. La Cotorra que no habla y sus cotorritas. Los Piolines y los
piolones. Peggy Sue y su peggy. El médico Juan Lanas y todas sus hermanas. Y la
madre de Alejandrita la conejita y sus conejitos de la suerte.
Sí,
Watson, sí, tengo a todos esos amorales y sin escrúpulos a mí alrededor. Y para
mi desgracia personal siguen ganando y viviendo, de lo lindo, gracias a mí. Han
tapado los crímenes, gracias a
repartirse mis gananciales. Y, ahora, utilizan a toda esa gentuza para tenerme
bien controlada y que no pueda dar un paso sin que los cuatro y el del tambor
lo sepan porque corrían y corren el riesgo y lo sabían y lo saben…
¿Y para qué tanto control? Elemental mi
querido Watson… Acosar, angustiar, aislar y de paso saber dónde estoy, en cada
momento, para de este modo; sobornar a todo sinvergüenza, abogados,
procuradores, jueces, gremios… Y a la vez, siempre que pueden, atizarme con un spray llamado de defensa personal, bien en
tiendas, bien de paso o por las esquinas.
Los
nombres de los locales donde me ha ocurrido los tengo bien anotados. Los
arreglos realizados, en mi casa por, casi,
todos los gremios se pueden ver y constatar existen facturas, testigos y denuncias. Las personas
que han arruinado mi economía están denunciadas. Seguros que han incumplido lo
que les ha dado la gana… ¡un Ocaso! Dentistas que han desgraciado mi dentadura superior hasta el
punto que he tenido que sacar, todos, los dientes… ¡un Tango!
Y
cuando llego a casa… al entrar… en el portal, ascensor y patin me ponen algo
que pica y cantas por no llorar:http://www.youtube.com/watch?v=4savs0xQ1qQ He tenido ojos y piernas de terror. Por cierto, casi siempre sucede los
martes y jueves. Y para terminar, la faena, entran en mi casa cuando quieren, sin,
mi autorización y sin que haya dado llave ni permiso a nadie para
entrar.
Ese
es el motivo del terrorífico control que
se desarrolla de Portugalete a Castro-Urdiales y viceversa. Sin la ronda no podrían acosar, sobornar o impregnar el
portal, ascensor, ni el patin y menos entrar en casa. En Portugalete, el acoso,
era más brutal y la quema, a lo nazi, espantosa.
Aquí,
en Castro-Urdiales, la Cosa Nostra ,
no puede ser tan fuerte y echan menos
spray. Si, lo pusieran, mucho, antes de
mi entrada, al ser más vecinos, alguno puede cargar con el
resquemor. Entonces, lo que hacen es echarle, poco, antes de entrar. Es para
eso que necesitan saber dónde estoy en
cada momento.
¿Te
acuerdas, Watson, lo que me pasaba en el aula de Internet de Eladio Laredo? ¿Te acuerdas que, allí, también
me crismaban con spray? ¿Te acuerdas como me di cuenta de cómo se habían
enterado de quién era la que escribía, en el forro, muchocastro.com con el
seudónimo de Candela? ¿Te acuerdas verdad? ¿A que no te has olvidado de los nombres de las
personas que estaban, a mi lado, cuando
sucedía? ¿A que no? ¿Y quienes
robaron mi intimidad y creación literaria? ¿Eh? ¿Te acuerdas
como se ponían a mi lado y fisgaban?
El
inválido y su amigo, amigos de, Ana Gloria Zubiaurre y de María. El sobrino de
la que tiene alquilada, desde que se construyó, una vivienda social del
magistrado del supremo de Roma, Excmo., e Ilmo., Gaetano Lo Coco Cortázar. El
hermano del chofer, de, Conservas la Castreña. Uno , alto, calvo, cuya compañera está en las listas de,
AXC. El que vive en la vivienda que
restó el patio de luces de mi vivienda. ¡Rodeadita!
¿No
te acuerdas? querido Watson que junto con el
spray, cada vez que pasaban, daban un buen golpe, en mi asiento. ¿Y
cuando en el texto que había escrito, en casa ,aparecían y desaparecían
palabras? ¿Y cuando no podía recuperar el texto? ¿Y cuando me metieron el pen? ¡Vaya metida! Y
yo…sin enterarme…Sin enterarme lo que pueden hacer los habituales cardos
borriqueros sociales con una herramienta con éste inmenso poder…
¿Te
acuerdas como descubrí que gente del partido de, Castro-Urdiales tenían información de mi persona? ¡Hasta del correo
electrónico! ¡Seguro te acuerdas! ¿Que
no te acuerdas? Estás perdiendo fuelle, mejor dicho, megas querido…
Fui
a la fiesta del partido junto con los afiliados. Me llamó la atención que en
las mesas estaban juntitos los de Castro. A mí, me pusieron con los de
Suso o de Yuso. Por cierto, ¡lo pasamos pipa! Solo una hebra permaneció
suspendida, en el aire, per sécula seculórum. Y de ahí fui tirando…y tirando
del filo hasta casi llegar al final del
carrete.
Entre los abundantes, Apuleyos, que se nutren
de ciertos pastos y que se creen que todo monte es orégano, uno, intentó
llevarme a la huertica… ¡Ni pasárseme por la cabeza! Por más hambre que pueda tener,
la burra, hay que saber muy requetebién donde y con quién se pace. Solo con verle la cara, el cuerpecito gentil y el olor que echaba nada de bueno podría cosecharse de aquel miserable cuchitril.
De
repente… ¡No te joroba! Que al...al... muy... muy... no se le ocurre otra cosa que
declamar parte de un poema que había recién enviado al amor de Brasil….
Continuará…
* Los Hermanos Malasombra
María
Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)