martes, 25 de septiembre de 2012

CASTRO-URDIALES CARDOS BORRIQUEROS






¡Jolines, Watson! ¡Qué malos son los  cardos borriqueros! ¡Pican que se mata! Son más malos que Los Hermanos Malasombra.
Y llevaban razón los amigos cuando, a lo sibilino,  me dijeron: “alrededor, tienes  muy mala gente mejor harías irte…”, lo dejaron caer  cuando pasaban por la calle Santander…sabían  todo. También sabían que… ¡De esta vez no! De esta vez no me iba. No me iba  hasta no descubrir y denunciar  lo que me faltaba. Esa fue la  razón de no haberme ido a Espíritu Santo y, probablemente, rehacer mi vida. No podía. Era y es más fuerte que yo. ¡Imposible!
Me escapé del pueblo con mis dos hijos para protegerlos. Sí. Porque, por entonces, en Castro-Urdiales, además de criminales, con poder, existían violadores y  pedofilos  con historia y condena. Los vecinos  pueden contar qué le hicieron al pobre, Moisés, y cuanto les cayeron a los  que abusaron del infeliz. Entre ellos estaba Jacinto. Fue lo que dijo la madre de uno de los violadores, a la mía, cuando se enteró que me iba a casar con el y  que si, Jacinto, se había librado  gracias al magistrado…
Cuando pedí la separación, en Mayo del 77,  yo, tenía 29 años. Mi marido tenía 49. La podrida jetset  en la que se movía, Jacinto, tenían su edad, menos, los virgencitos y virgencitas que solían acompañarle. En la actualidad, los, primeros, de edad avanzada y ociosos como siempre y los, segundos, entre cuarenta y pico y cincuenta, ambos,  disfrutando muy dignamente de lo obtenido.
Unos cuantos ejemplares de las  familias putrefactas, pedofilos, fotógrafos y  ex virgencitos y virgencitas hacen la ronda y se alternan con el resto de criminales y ladrones. Las secuencias, en video, pueden dar fe de lo que digo.  Hoy, pongo la relación y procedencia,  como insistan,  haré los nombres públicos y pediré el ADN de sus retoños.
Por las esquinas bien organizadas aparecen:
De las Anas: La tía y su cuñada. La madre y sus hermanas. De la Tititita, ella, sus primos y primitas. La Cotorra que no habla y sus cotorritas. Los Piolines y los piolones. Peggy Sue y su peggy. El médico Juan Lanas y todas sus hermanas. Y la madre de Alejandrita la conejita y sus conejitos de la suerte.
Sí, Watson, sí, tengo a todos esos amorales y sin escrúpulos a mí alrededor. Y para mi desgracia personal siguen ganando y viviendo, de lo lindo, gracias a mí. Han tapado los crímenes,  gracias a repartirse mis gananciales. Y, ahora, utilizan a toda esa gentuza para tenerme bien controlada y que no pueda dar un paso sin que los cuatro y el del tambor lo sepan porque corrían  y corren el  riesgo y lo sabían y lo saben…
 ¿Y para qué tanto control? Elemental mi querido Watson… Acosar, angustiar, aislar y de paso saber dónde estoy, en cada momento, para de este modo; sobornar a todo sinvergüenza, abogados, procuradores, jueces, gremios… Y a la vez, siempre que pueden,  atizarme con un  spray llamado de defensa personal, bien en tiendas, bien de paso o por las esquinas.
Los nombres de los locales donde me ha ocurrido los tengo bien anotados. Los arreglos realizados, en mi casa  por, casi, todos los gremios  se pueden ver y  constatar existen  facturas, testigos y denuncias. Las personas que han arruinado mi economía están denunciadas. Seguros que han incumplido lo que les ha dado la gana… ¡un Ocaso! Dentistas que  han desgraciado mi dentadura superior hasta el punto que he tenido que sacar, todos, los dientes… ¡un Tango!
Y cuando llego a casa… al entrar… en el portal, ascensor y patin me ponen algo que pica y cantas por no llorar:http://www.youtube.com/watch?v=4savs0xQ1qQ He tenido ojos y piernas de terror. Por cierto, casi siempre sucede los martes y jueves. Y para terminar, la faena, entran en mi casa cuando quieren, sin, mi autorización  y sin que  haya dado llave ni permiso a nadie para entrar.
Ese es el motivo del terrorífico control  que se desarrolla de Portugalete a Castro-Urdiales y viceversa. Sin la ronda  no podrían acosar, sobornar o impregnar el portal, ascensor, ni el patin y menos entrar en casa. En Portugalete, el acoso, era más brutal y la quema, a lo nazi, espantosa.
Aquí, en Castro-Urdiales, la Cosa Nostra, no puede ser tan fuerte y echan  menos spray. Si,  lo pusieran, mucho, antes de mi entrada,   al ser  más vecinos, alguno puede cargar con el resquemor. Entonces, lo que hacen es echarle, poco, antes de entrar. Es para eso que  necesitan saber dónde estoy en cada momento.
¿Te acuerdas, Watson, lo que me pasaba en el aula de Internet  de  Eladio Laredo? ¿Te acuerdas que, allí, también me crismaban con spray? ¿Te acuerdas como me di cuenta de cómo se habían enterado de quién era la que escribía, en el forro, muchocastro.com con el seudónimo de Candela? ¿Te acuerdas verdad? ¿A que  no te has olvidado de los nombres de las personas que estaban, a mi lado, cuando  sucedía? ¿A que no? ¿Y quienes  robaron  mi  intimidad y creación literaria? ¿Eh? ¿Te acuerdas como se ponían a mi lado y fisgaban?  
El inválido y su amigo, amigos de, Ana Gloria Zubiaurre y de María. El sobrino de la que tiene alquilada, desde que se construyó, una vivienda social del magistrado del supremo de Roma, Excmo., e Ilmo., Gaetano Lo Coco Cortázar. El hermano del chofer, de, Conservas la Castreña. Uno, alto,  calvo, cuya compañera está en las listas de, AXC. El  que vive en la vivienda que restó el patio de luces de mi vivienda. ¡Rodeadita!
¿No te acuerdas? querido Watson que junto con el   spray, cada vez que pasaban, daban un buen golpe, en mi asiento. ¿Y cuando en el texto que había escrito, en casa  ,aparecían y  desaparecían palabras? ¿Y cuando  no podía  recuperar el texto?  ¿Y cuando me metieron el pen? ¡Vaya metida! Y yo…sin enterarme…Sin enterarme lo que pueden hacer los habituales cardos borriqueros sociales con una herramienta con éste inmenso poder…
¿Te acuerdas como descubrí que gente del partido de, Castro-Urdiales tenían  información de mi persona? ¡Hasta del correo electrónico! ¡Seguro te acuerdas!  ¿Que no te acuerdas? Estás perdiendo fuelle, mejor dicho, megas querido…
Fui a la fiesta del partido junto con los afiliados. Me llamó la atención que en las mesas estaban juntitos los de Castro. A mí, me pusieron  con  los  de Suso o de Yuso. Por cierto, ¡lo pasamos pipa! Solo una hebra permaneció suspendida, en el aire, per sécula seculórum. Y de ahí fui tirando…y tirando del filo  hasta casi llegar al final del carrete.
Entre  los abundantes,  Apuleyos, que  se nutren  de ciertos pastos y que se creen que todo monte es orégano, uno, intentó llevarme a la huertica… ¡Ni pasárseme  por la cabeza! Por más hambre que pueda tener, la burra, hay que saber muy requetebién donde y con quién se pace. Solo con  verle   la cara, el cuerpecito gentil  y el olor que echaba nada de bueno  podría cosecharse de aquel miserable cuchitril.
De repente… ¡No te joroba! Que al...al... muy... muy... no se le ocurre otra cosa que declamar parte de un poema que había recién enviado al amor de Brasil….

Continuará…


 * Los Hermanos Malasombra



María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales   (Cantabria)