¡Ya dirás... querido... lo abandonado que te tengo!
No te preocupes, aún, no te he
cambiado por otro. Aunque, de vez en
cuando no te creas…una canita al aire…
¿Te acuerdas lo último que me sucedió con el piso de la cosita? ¿Cómo que no?
Si es el único que nos da de comer, a ti y a mí. Watson, no olvides que el dinero del alquiler es mi
salario. Si no pagan no podemos vivir… Así que pon atención por lo que pueda
ocurrir.
Dejé
el filo de la navaja pendenciera en la
última inundación,
-¡Como
no! Están que se van… Y… se han vuelto a ir, justo, encima de mi piso y de mi piso, en Juan de la Cosa , 4, 1º, al bajo donde se cobija la herreria. Sí, Watson, antes se iban los que
dejaba irse, en comunión cristiana, la Sra. Doña , Carmen Abio Urrutia. Sí, la caritativa
alma había alojado a unos emigrantes y a dos ovejas, en el segundo piso de su propiedad…Pero… sin haber adecentado el retrete que se iba
cuando hacía falta -
en compás de espera y con la música me fui a
otro cante. Porque todo en mi vida es cuestión de cantes y de prioridades para actuar según mis principios y
necesidades vitales. En éste caso, solucionar los embargos que me han producido
las decisiones llevadas a cabo por los dos únicos propietarios y vecinos de la
casa de Portugalete. Para atenuar el acosador entuerto; está en venta lo que
tengo, el piso de Portugalete y el piso de Castro-Urdiales. Y, es que si no consigo vender, los cuatro y el del tambor, me van a dejar como el de Morón.
En
esos menesteres estaba cuando me vino el afectado por la inundación. Y, ya
sabes…*(1) El piso está alquilado al Sr. Don, Rufino Díaz Helguera, para una
asociación cultural, pero, es utilizado por el grupo político al que el
mencionado Sr. pertenece, AXC. Cuando sucedió la inundación, yo, no tenía
llaves del piso. El inquilino, según, lo manifestado por el perito del seguro del afectado, Mafre, ni se le
conseguía localizar, ni la persona que estaba al cargo, del mismo, daba permiso
para entrar y peritar.
Bien,
Watson, no tengo ganas de repetir lo mismo. Buscas en google y te pones
al tanto de cómo conseguí que se pudiese entrar, en el piso alquilado por el
Sr. Don, Rufino Díaz Helguera, y utilizado por, AXC.
Resulta
que después de denuncias, la llave del local fue entregada al
administrador de mi seguro para poder
entrar y verificar lo que estaba
sucediendo en el piso. Como es habitual, en mí, no pongo impedimento alguno en investigar y constatar el origen y causa
de la avería que dicen producía la inundación. ¡No te olvides de lo que te
digo, Watson, porque, ahora, viene el ¡Guate aquí hay tomate!
Para
saber cual era el alcance sufrido por el local, “La Herreria ” de Castro-Urdiales, como expliqué en su momento, me puse en contacto
con su propietario. Me estuvo repitiendo… que claro… que si tendría que ir a la Guardia Civil a
denunciar los hechos… que si era un peligro…un sin fin de…que… si…que…si. En un
momento determinado, le dije, haz lo que quieras estás en tu derecho… ¡Mira, ni
a propósito el piso está en venta! Además, eres vecino y propietario
del inmueble por lo que eres preferente en la compra. No lo dudó y pasamos a negociar la posible compra del piso. Le di el nombre
del abogado para que tratara con él. Yo,
estaba tan contenta como la lechera porque con
el dinero de la venta resolvía la
deuda a la que he sido forzada por el acoso inmobiliario de los vecinos de
Portugalete y de su ayuntamiento.
¡Nossa
Senhora da Aparecida! ¡Agárrate, Watson,
que viene curva porque la que te voy a lanzar suelta un hedor que va a llegar… ¡Hasta…las Antípodas!
Esto,
pero, te lo cuento como me lo han
contado porque, allí, no estuve para ver
lo que había pasado… El caso, nunca mejor dicho, es que entraron, en mi piso de
Juan de La Cosa ,
4, 1º, para
verificar la avería que, según, el perito de Mafre habían ocasionado, en
el local, “La Herreria ”.
Yo, naturalmente, pendiente de lo que lo que sucediera. Me dijeron que se había solucionado el peritaje. ¡Bien!
Llamé
a unos albañiles y fui al piso para que valorasen los daños sufridos y de paso presenciar
como le habían dejado. En su día, le entregué recién pintado, en perfecto
estado, con los enseres nuevos según reza en contrato. Cuando llegué, mi sorpresa, no fue ver la mala fe y mala voluntad o cuanto de desagradecido y desalmado es
el Sr. Don, Rufino Díaz Helguera y los usuarios del piso ¡No, fue eso, no! Y, como en los viejos sobres de Sorpresa que compraba los domingos en la Barrera…
¡Los hechos superaron la imaginación!
¡Habían
modificado por completo una columna y apuntalado el techo! ¡Y, lo habían
realizado, sin mi firma o consulta para ejecutarlo! ¿Te suena de algo verdad, Watson?
De inmediato, hablé con el responsable de mi seguro y le pregunté quién había
realizado la obra y firmado el permiso. Pregunté al dueño del local, La Herrería , me dijo que no
sabía nada. Envié un fax a mi seguro, Generali Seguros. Como no obtuve
respuesta, me puse en contacto con consumidores, y envié a, Generali Seguros, un burofax certificado con copia de
contenido.
Mientras
tanto, el Sr. Don, Fernando Sánchez Angulo, y el abogado que lleva la venta del piso andaban
en trámites. Pero…como en el chiste
alemán…suban…estrujen…y bajen…Tanto… bajar…tanto…estrujar…Le dije al abogado
que me daba que el Sr. Don, Fernando, no tenía interés de comprar. Y, entonces,
comencé a pensar… y a atar cabos… Y… ¿Por qué me decía que iba a ir a la Guardia Civil …y no
fue? Y… ¿Por qué no sabía decir quién había realizado la obra, en mi piso de
Juan de la Cosa ,
sin mi consentimiento, si, el tenía las llaves? Y…por qué modificaron la
columna entera donde estaba la
bajante…bajante… ¡Bajante!... ¡La cata que tumba!
¡Andala!
¡Corre, Evangelina, que antes de que corran, los hay que se los meten en la
cazuela! ¡Anda, no, vuela! Que te quieren
hacer lo mismo, en el otro tomate! Sí, Watson, sí. Porque, *(2) en Portugalete, en la calle María Díaz de
Haro, 4, 1º, estaban tratando, con el letrado, el permiso para hacer un
peritaje y había dejado las llaves para que lo hicieran cómodamente como, en el
piso de Juan de la Cosa , 4-1º. Sí, Watson, gracias
a la obra que hicieron, en la vivienda de Castro-Urdiales, sin mi permiso y de
una manera digamos, a lo mafrié, o, si lo prefieres, a lo sinvergoncé, es
cuando tomé la decisión de no dejar entrar, en Portugalete a nadie que quisiera
hacer obra dentro de mi piso, sin una orden judicial que estipulara, para qué y
por qué tienen que retirar la bajante del piso de Portugalete, ahora, después
de la rehabilitación y no antes.
¿Entiendes,
Watson, las trafulcas de bajantes,
estrujantes, arrancantes, rehabilitantes, termitantes, asegurantes,
embargantes, politicantes y sinvergonzantes que tengo alrededor? Pues, lo dicho...
No
hace falta ser un lince para saber qué querían los señores de la cosita... ¿A
que no? Fue cuando, encajé la última pieza que faltaba para componer el puzzle
de mis desgracias. Watson, entré, en tus dominios… ¡Uiii! Y… allí, estaban…y no
veas como *(3) el tambor repicaba y los *oscarines y oscarones, *rovitas y rovitonas, cómo bailaban y se regodeaban…
Le
mandé un corre., al abogado diciendo, mis conclusiones del asunto de la venta
del piso, al Sr. Don, Fernando Sánchez Angulo. No obtuve respuesta. Dicen que
el abogado ha sufrido un grave accidente.
Nada
más iniciar el año, me llama el Sr. Don, Fernando Sánchez Angulo. Y mi letrado,
según, dicen, en el hospital. El Sr. Don, Fernando Sánchez Angulo, me comunica de la misma forma y manera que la vez anterior: corriendo, con prisa,
pareciendo agobiado, que iba a convocar una reunión con los vecinos del
edificio, Juan de la Cosa ,
4, para pedir permiso y sacar un tubo por el patio de luces de la comunidad.
Me
explicó que sin la salida de humos no puede abrir el local. Me preguntó haber
si iba asistir a la reunión. Le contesté
que iría y que era la primera vez que me comunicaban una reunión de vecinos,
después, de la denuncia que hice de la resta de metros del patio de luces y de su irregularidad
urbanística ¡A propósito! le comenté, mira que tenemos que hablar de… No me
dejo terminar la frase…Tenía poco tiempo a perder porque es un señor muy ocupado y que me llamaría. Lo único que le quería decirle es que…
-Yo,
una mujer, sola, sin un céntimo disponible ni para comer, a punto de ser
embargada, por delincuentes de guante blanco,
organizados y bien distribuidos, había
tomado la decisión de no venderle el piso, aunque me diera no ya el
precio de su valor, sin bajantes ni “estrujantes” ni...-
No
te vendo el piso ¡Ni por un cerdo de oro! Y…el humo lo vas a tener que sacar a resuellos porque, hasta, que el ayuntamiento de Castro-Urdiales, no me de por escrito que
el patio no presenta irregularidades urbanísticas. Yo, no soy quién para dar
permiso a nadie con esos hechos.
Y…tú…Watson… teniendo… no… a… uno… sino… a… dos… cerdos…
con… label… en… tus… saberes… ¡Cómo rediez no dices nada!
* Personajes: El tambor de hojalata
Günter Grass
*(1) Mobbing
en Castro-Urdiales
*(2) María
Díaz de Haro,4, la cata que tumba.
*(3) Portugalete:
el mobbing del robbing
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)