Ya, sabes, Watson, bajo la
dirección de su hermano, Gaetano, la ejecución de la notaria, Arenal, y,
el peso de su ilustre corona y abolengo jurídico; tomamos la única
vía que creíamos tener.
Profesionales
de la enseñanza abriríamos una academia. El lugar que reunía las condiciones era Castro-Urdiales, cerca de las Arenas y de
Portugalete. El mercado estaba poco explorado. El precio del local, más, barato
y éramos conocidos por utilizar métodos pedagógicos para un aprobado con éxito.
Se
compró el piso, en Juan de la
Cosa , 4-1º, con
hipoteca. El piso serviría para mantenernos y para que mis hijos tuvieran
experiencia oficial de sus prácticas y capacidades.
-Para
acceder a un primer trabajo se tenía que demostrar tener tres años de
experiencia laboral… ¡Una de tantas idioteces discriminatorias y abusivas
impuesta por los listillos en el país del enchufe!-
Antes
de convertir el piso, en academia de estudios, funcionaba como empresa. No hubo
problemas para la licencia de actividades económicas. Adecentamos el inmueble
para que reuniera lo que la ley estimaba.
Cuando
el caramelo estuvo a punto, reunimos a los vecinos y sin ningún tipo de
documento escrito acordamos que nos
encargaríamos de la limpieza del portal y
escalera. No cuando nos tocara, como es habitual, sino que puesto que el
trasiego de alumnos era abundante nos encargaríamos de su limpieza mientras estuviéramos
ejerciendo en el.
Yo,
fregué el portal y la escalera a diario durante años, alumnos y familiares
pueden dar fe de lo que digo. Otra de las cosas que se hizo, en beneficio de
los vecinos, fue dejar conectado al contador eléctrico de la academia, un
timbre automático. Esos, fueron los beneficios que aportamos sin tener ningún
tipo de obligación. Es más, cuando decidimos cerrar la academia por los gastos
y desgracias que nos habían aportado, las obras del Hotel, en Portugalete. El
piso, se alquiló a otras profesionales de la enseñanza y, ellas, además de
cumplir con el pago del alquiler y demás servicios, se comprometieron y
mantuvieron los compromisos que, yo, había pedido que se mantuvieran. Siempre,
en beneficio de los vecinos del edificio: la limpieza de escalera y mantener el
gasto de la luz del automático, ajeno. Y, más, aun… la academia no pudo
alquilarse durante unos años y a pesar de ello seguimos pagando la luz y
manteniendo el automático.
-Querido,
Watson, que ingratas y olvidadizas son ciertas personas… Y… que sinvergonzonas,
abusonas, deslenguadas, chuponas, arrastradas, calumniadoras y delincuentes de
la corrupción organizada son otras…
¿Elemental?
¿Elemental? ¡Vete a hacer gárgaras tú y tu elemental! Que con el recortié… ¡no
voy a poder ni mandarte a hacer puñetas! Que no sé porque me parece que de pasearte a diario, en charcutería de lujo, ¡me
estás oliendo a lomo trufado!-
Cuando
cerré la academia pedí a la persona que lleva las cuentas de los vecinos,
-Sí,
Watson, sí, hay una cuenta, en Caja Cantabria, a nombre de dos vecinas y en, esa,
cuenta se deposita la cuota estimada.
Las derramadas derramas se pagan a parte-
que retirara el automático de mi contador de luz
porque no podía permitirme el lujo de estar pagando la luz por más tiempo. El
piso llevaba sin alquilar dos anos, las facturas de luz certifican los hechos.
Hizo caso omiso a mis ruegos. No avisó a la persona que usaba el automático y
cuando se cortó la luz, me culpó privada
y públicamente de lo miserable que, yo, era.
Pero,
es que todavía hay más…Cuando el albañil que vino a arreglar,
-otro,
de los tantos desperfectos ocasionados por las continuadas inundaciones de los
inquilinos de la Sra. Doña ,
Carmen Abio Urrutia y del local de la herrería-
necesitó
toma de luz para un taladro…y tuvo el valor, de no dejarnos la toma. ¿Qué te
parece?
¡Cada
uno obra a su modo y semejanza y se despacha cuando le viene en gana! Por eso,
Watson, ahora, me voy a despachar y
tirar de la cadena para que se airee, solo, lo preciso. Porque como siga
tirando de la cadena…
-
Eso le dije a la querida, reconocida,
trabajadora y sufrida Sra. Doña, Valentina, ex encargada de mi fabrica, en
Santoña cuando constaté y comprobé, con
éstos ojitos, el desastre que estaban originando ,dos, ojeteras liberadas y cagonas. ¡Valentina y un grupo de
trabajadoras sabían que, yo, quería hacer una cooperativa! Pero, los
mandatarios de AnosAnas& HermanosHermanas
SA, ya, habían decidido por mí.-
No
obstante, no voy a omitir ni olvidar los buenos y amables tiempos. La academia
iba viento en popa y la mar estaba serena. Era el canto de sirenas las que
inundaban las aulas y no las bostas merengadas. Yo, me pasaba la vida cuidando
de que la economía familiar casase sin disgustos. De casa, a la Academia. Y ,
en la carretera de las Arenas a Portugalete y de Portugalete a Castro-Urdiales.
Un
buen día, me llama, la Sra. Doña ,
Isabel Llamosas Posada, y me dice que habían restado metros, en el patio de
luces del edificio. Tuvimos un primer contacto y tomamos cartas en el asunto. La Asociación de
Consumidores de Portugalete, estaba a mano, concerté hora para tratar del tema,
a saber, la resta de metros del patio de luces, sito, en la calle Juan de la Cosa , 4, por la obra que se
estaba llevando a cabo y rabo, en la calle La Mar , 18.
Fuimos
atendidas y orientadas las mil maravillas. Las directrices fueron, ir al
catastro, informarnos, solicitar copia de la estructura y medidas de patio y con el resultado presentar una
denuncia, en el ayuntamiento de Castro-Urdiales. Dejé los asuntos pendientes y
de inmediato me trasladé al catastro de
Santander, con la Sra. Doña ,
Isabel Llamosas Posadas, el Sr. Don, J. M. Santamaría Helguera, también,
propietario.
En
el catastro, se decidió que, ellos, solicitarían el certificado a su nombre.
Cuando recibió del catastro la prueba de
que habían restado metros, llamó por teléfono,
a las Arenas, para comunicarme el resultado. Se acordó que ellos harían la denuncia
recomendada por consumidores en el ayuntamiento. Colaboré con los gastos de
viajes, consultas y otros, y, dejé en manos de los vecinos el desarrollo de los
hechos.
¿Y
qué paso con el patio?
¡Hasta,
hoy, querido! Y, cuando preguntaba a la Sra. Doña , Isabel Llamosas Posada, por el
desenlace de la denuncia respondía como,
el gallo Kirico… si le he visto no me
acuerdo…
A
partir de la resta de metros, en el patio, la
Sra. Doña Isabel Llamosas Posadas, restó
las llamadas, las consultas, las reuniones de vecinos, la obligación de dar
cuentas de los gastos y su respectiva toma de decisiones votadas y compartidas
por todos. Restaron, todo, menos el pago de lo que decidían, sin, previo aviso
de reunión ni consulta. He intentado por todos los medios, verbales,
telefónicos, que:
Avisen,
cuando y dónde van a realizar la reunión
de vecinos. Copia de todos los documentos referentes al edificio: resta de
patio, obras, siniestros, seguros. Rindan cuentas de gastos y movimiento de
la cuenta de Caja Cantabria. Copia de las facturas de los gastos del edificio.
Y, nada de nada.
¿A
qué se está repitiendo la historia de Portugalete?
Por
cierto, Watson, la Sra. Doña , Isabel
Llamosas Posada, ha dicho delante de los
vecinos que, yo, no pago y que no limpio la escalera. Lo que se dice, se tiene
que demostrar con documentos… ¡No con boquita de piñón! También, que le han dicho que si, yo, he dicho. ¡Tú bien
sabes, querido, que cuando me decido a decir algo me cuido muy mucho de poderlo demostrar!
Lo
que digo a, todos, y en todo lugar en el
que me preguntan es que:
* Tengo
derecho a conocer qué pasó con la resta de metros del patio de luces del cual
se encargaron denunciar los dos vecinos
y cuyos gastos compartí.
* Tengo
derecho a saber, día, hora y lugar donde se realizan las reuniones de vecinos.
* Tengo
derecho a que el anuncio de la reunión esté expuesto, en el portal durante
quince días.
* Tengo
derecho a que obras o desperfectos que sean del edificio se me comuniquen y que
se me de copia de la factura.
Mis
obligaciones las he cumplido con creces, en todos los aspectos y lo demostraré
con documentos.
Con
respecto a la limpieza del portal y de la escalera, sabes muy bien, Watson, que
el local está alquilado al Sr. Don, Rufino Díaz Helguera, y que es utilizado
por, AXC. En el contrato que firmamos, el mencionado señor, y, yo, siempre, en
beneficio de los vecinos, se precisó que el arrendatario se haría cargo del
mantenimiento de la limpieza del portal y de las escaleras.
Lo
único que comento con buena fe y la gracia, acostumbrada, es lo siguiente: “Me
parece que me voy a oscurecer la piel, decir en sustrato de lengua africana,
“fofoca”, en Saharaui, “habibi” o en
árabe, “sucran” para obtener un trato afable"
¡Ja!
¡Pues va a ser que no! Como va a ser que,
¡no! que, vecinos realicen, por obra y misterio del espíritu de la golosina las
obras que quieren, sin licencia del ayuntamiento, y, por consiguiente, sin el
pago contributivo de las misma… Y, como
que, también, va a ser que, ¡no! Pues, que vecinos de, Castro-Urdiales, no disfruten
del derecho a una vivienda social y,
otros, sin ser castreños, desde, niños la tenga en reserva Apache. ¿Vale?
“El artículo 451 del Código Penal castiga al que "con conocimiento
de la comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o
cómplice, interviniere con posterioridad a su ejecución ocultando, alterando o
inutilizando el cuerpo, los efectos o los instrumentos de un delito para
impedir su descubrimiento".
María
Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)