miércoles, 8 de enero de 2014

HIJOS LLAGAS OQUEDAD


¡Ay! Cuánto duelen
Los hijos queridos
¡Duelen mucho!
¡Duelen demás!
Se te revuelven
Las entrañas
Cuando los matan...
Cuando los atacan...
Cuando desaparecen...
Es insoportable
Solo quién lo pasa
Puede contar
El tremendo
Vacío del alma
Llagas en oquedad
La vida se detiene
Para siempre...
¡Es imposible olvidar!

María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales   (Cantabria)