Uiii…Wa…lo
que se me olvidó de contar…
Entiendo,
te ha conmocionado el resultado de las
elecciones.
¡Qué
va! El runrún estaba servido…si los corruptos creen que pueden seguir timando,
a los paganinis, van muy mal encaminados…y, si no han escuchado la voz del
pueblo es porque están sordos. No vale con encerrarse en el redil y marcar a
las ovejas. Hay que pensar como oveja, sentir como oveja, oler a oveja… Y
sobretodo… ¡Vivir cómo oveja!
Eso,
morena, me suena a sermón…
Puede…
¿y qué?
Que
sueltes el salmo que tienes amarrado al macho…
Escucha,
Wa, pero, que no se te ocurra decir nada a nadie. ¡A naide! –así decía,
Quiteria, una conocida calé que vivía cerca del palacio Ocharan. “Naide, tiene
derecho a meterse en mi vida ¡Naide!”
Vale,
no se me ocurrirá…
Recuerda
cómo, el sábado pasado, en el supermercado, recrearon sus cuerpos
serranos, Juan y Pínchame. Sabes que no
tengo más remedio que hacer el mismo recorrido de regreso a casa. Pues bien, al girar la
esquina, entre la calle, Juan de la
Cosa y Ardigales, veo de refilón un rostro conocido…
No
me dejes en ascuas, anda, desata la lengua…
Era
Valentín.
¿Valentín?
¿Valentín? Ah…ya…el amor… ¿Qué te dije?
¡Qué
amor ni qué niño muerto! El amor no viene con el santo se lleva dentro. ¡Jope!
Pareces tonto, Watson…
¡No
más que tú, morena! Si no me explicas quién es el tal, Valentín, ¿cómo lo voy a
saber?
Vale,
vale…Valentín, era un amigo de Jacinto. Uno de los catorce que subieron, a mi casa, a las dos de la
madrugada.
¡Uyyy…!
Te avisé morena… ¡Uyyy…!no se te puede dejar sola… ¿Y qué hiciste?
Que,
¿qué hice…? girarme e ir a habar con el. Nunca había tenido la oportunidad. Y,
salvo la madrugada aquella…Jamás le he vuelto a ver alrededor mío o seguir mis
pasos. Estaba con su pareja. Me dirigí a él y sin titubeos se paro. Nos
tratamos como lo que somos personas civilizadas, respetuosas y educadas. No
hubo ni una mala palabra ni un mal gesto. Aclaramos nuestras posturas y nos
prometimos reanudar la conversación. Tiene intríngulis, Wa, Valentín es nada
más y nada menos que el compañero de la
nieta y heredera de uno a los que la familia, Lo Coco Cortázar, usurpó sus
legítimos derechos. Sabe mucho de ciertas familias. Me confirmó lo que Jacinto había dejado escrito. Jacinto
necesitó ayuda para vivir y el único que le ayudó, desinteresadamente, fue su
amigo, Valentín, cosa que le honra.
¿El
potiti? ¿Al que tú tenias tanto miedo?
En
aquellos lodos, Watson, miedo no, precaución… No por mí, por mis hijos. Corría
el riesgo de perderlos. Soy prudente. No miedosa. Hago lo imposible para evitar
un enfrentamiento, discutir con energúmenos, me parece falta de inteligencia y
perdida de tiempo. Cuando me buscan las cosquillas procuro saber el porqué.
Seguidamente, me río hasta de mi sombra. Dependiendo del mal, lanzo tinta tóxica o cuando salen, a mi encuentro, les dejo que me acompañen cómodamente.
A
ver… ¡que no me entero! ¿Qué es eso de cómodamente?
Elemental,
querido, Wa…Para que no tenga que estar
detrás como esclavo o salvando obstáculos para alcanzarme. A lo Charlot, lejos
de aligerar el paso, lo ralentizo de tal manera que, en vez del enemigo estar
detrás, parece ser mi parejita. Cosa que pone muy nervioso al sinvergüenza de
turno y muy preocupados a cotillas y
amigos fieles, de Castro-Urdiales. ¡Tenías que ver qué cara se le pone al uno y a los otros! Solamente,
cuando no hay más remedio denuncio los hechos.
¡Jajarajaja!
Qué mala eres…es Juliana...
Dirás
buena, Watson. Se salvan de un buen sopla mocos porque, mis cosas, me las
ventilo, yo, ¡sin comprometer a “naide”! ¡Los cretinos sólo se atreven con
mujeres solas o con criaturas! Y, no pienses, Wa, que si me atacan, cuerpo a cuerpo, no sé defenderme… y sino pregúntaselo a Iñaki
Carrasco, y la compañía. Ahora, lo tengo un poco más difícil, me han arrancado
los dientes, ya, no puedo darles un mordisco… Pero, mientras pueda evitar el roce…
Sí,
morena…Nada de cuerpo a cuerpo ¡no sea
que te infecten la triquinosis!
Pero
bueno… ¿y qué pasó con Valentín?
¿Qué
va a pasar? Nada. Quedamos en charlar largo y tendido. ¡Me prometió ponerme
al corriente de unos hechos puntuales. Wa! Por su sinceridad y buen acogimiento
entendí que su actuación, en el pasado, fue por pura amistad. No por fanatismo político.
¡Estoy segura que cumplirá su palabra!
¡Ufff,
qué alivio!
Estoy en el Aula de Cultura Eladio Laredo
Ordenador, nº,5
María
Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)