Fotografía de María Evangelina Cobo Zaballa
Watson…
¡Marchando una de llaves! Quién/ tiene/ mis/ llaves/ matarile/ rile/ rile/…
¿Llaves?
¿Llaves? ¿Has descubierto quién las tiene?
Yo,
no…han sido otros…Sólo tuve que dar indicios, ya sabes…ladrones y criminales
que rodean mi vida. Tal como te dije, he cambiado de cerradura más de diez
veces y siempre entraban… ¡Cuando
conseguí dar con la clave, no volví a cambiarla aún a sabiendas de que
entraban! Al estar vigilada por los cuatro y el del tambor, no les ha sido
difícil hacerse con una copia. Un golpe de teléfono a la ferretería. Un soborno
en proporción… ¡y copia de llaves al canto! He comprado cerraduras en Laredo,
Santander, Bilbao…y entraban. Fue después de la movida de Alejandrita, Ángela Ona
y Dión, cuando intuí que la
derecha era no volver a cambiarla, seguir
pasos y pistas de los tres nuevos crápulas, y, comprobar sus motivos y
procedencia. Tomé esa resolución porque, entre juicios amañados, *(1) abocados
aprovechados, inundaciones, en Castro y en Portugalete, provocadas, obras de rehabilitación
orquestadas, derramas y contra derramas derramadas y el caudillo Rufila que no
paga… El dinero se acaba. Y, yo… ¡Baje Dios y lo vea! Tenía el firme propósito
de seguir investigando los hechos de mi
vida y denunciarlos aquí y allá. Lo que a cualquier mortal le costaría, X, a mi
me cuesta XXX. Triplico toda documentación. Tomando a diario agua y ajos,
adquirí conocimientos prácticos de los diferentes gremios y amistades que me
habían estafado. Evaristo, entró en mi casa como pintor. Una vez de obtener la información de casa, dejó lo acordado, sin
terminar… Luego, el y su familia se dedicaban a dar vueltas alrededor mío. El
pájaro procedía de la misma jaula encantada, allá, donde el socavón deja su imborrable huella. Amiguito de la
especialista en piel de oveja, nada más arribar a estos lares se hizo con un negocio de construcción. El
socio, incluido perro negro, llevan años controlando mis pasos, habitualmente,
se pasean por la calle Ardigales. La mujer trabaja en Sol y Mar. Por cierto,
doctora, tengo tan buena memoria que me acuerdo del nombre de tu nieta y eso
que solo me lo dijo una vez… ¡Agua va! hazte idea de lo que he escrito de ti y
de tus mañas…Así que ¡deja de mandar, a las niñas, a saber mis estado de
memoria…! y le dices, al morito que… El
carpintero que se hacía pasar por amigo
y al que mandé, varias veces, cambiar de cerradura. No sólo daba copia de la
misma sino que, el muy ladrón, pasaba horas sacando todo el engranaje de la
puerta, haciendo ver que no se podía cambiar la cerradura de otra forma. Con el
truco cobraba el doble. Son los típicos busca vidas, ni más ni menos. Se
alimentan de la pasta de lo que proclaman ser. ¡Tanto montan, montan tanto que
levanten la mano, el puño, o que vayan rezando! -Lo que habéis ganado con mi
sudor y sangre lo tienes que gastar de la misma forma. ¡No os tengo miedo! ¿Qué
pensabais que vuestras amenazas me iban a callar o hacerme olvidar? ¡Ja!-
Por
favor morena…Dime quiénes entra en casa... ¡que les voy a meter un brazo por
una manga! Te dije que andaban en el ordenador…que arreglaron un cable…que son
conocidos…que te apartes de los que se te acercan…Y, que si entran, con la
certeza de no encontrar a nadie dentro, es que, en el piso, hay algo que les
avisa…
¡Olvídate
de lo que puede haber dentro y, sobre todo, de meter un brazo por una manga!
Watson…Son todos a una, algunos tienen dispositivo de guarda de seguridad
privada…
¿De Seguridad privada? Pero, ¡qué dices!
¡Perdices,
Wa! ¿De qué te escandalizas? ¿Cuántos sistemas de alarmas he instalado en casa?
Como
no me lo digas tú, morena…
Unos
tantos y siempre pasaba lo mismo. ¡Entraban!
¿Y
no saltaba la alarma?
No,
el dispositivo no saltaba. Llamaba a la compañía y me decía que estaba todo en
orden. El caso, Wa, es que, en
Castro-Urdiales, después de llamar a la compañía, también llamé a la Guardia Civil y les expliqué lo
que me pasaba con los sistemas de seguridad. A mi casa se desplazó, un guardia. Revisó el
sistema y los puntos específicos, a
saber, los sensores. Dio unos pasos de acá para allá. Abría y cerraba la
puerta, volvía a repasar los puntos clave. A ojo de buen cubero, midió el
espacio entre sensores y puerta y dijo,
no soy especialista, pero, por el espacio que han dejado, aquí, puede entrar y salir quien quiera, sin que
salte la alarma y a continuación me dio unas pequeñas explicaciones y
recomendaciones.
¿Y
tú no te distes cuenta de los sensores, cariño?
¿Qué,
Wa, me lo dices con coña? ¡Qué voy a saber de sensores! Una delega en los
especialistas. Visto lo visto, antes de mandar instalar o arreglar voy a tener que leer un manual.
Y…
¿qué hiciste?
Tomar
buena nota y no volver a instalar alarma.
Y
de los guardas de seguridad privada que han entrado en tú vivienda…
Para
que veas, Watson, la de bandidos que tengo a mí alrededor… ¡y todo por un
polvo!
¿Polvo?
¿De chocolate?
¡Calla,
tonto!
Resulta,
Wa, que contoneándose, se hacia el encontradizo, un borono, de los que piensa
que una es de horizontal…
*(1)
http://mariaevangelinacobozaballa.blogspot.com.es/2013/06/bocados-y-bocadillos.html
*(1)
http://mariaevangelinacobozaballa.blogspot.com.es/2013/06/bocados-y-bocadillos.html
Estoy en el Aula de Cultura Ordenador nº, 1.
(Continuará)
María
Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)