miércoles, 22 de marzo de 2017

JUAN EL CONTÍN: CASTREÑO DE PURA CEPA






Era castreño de pura cepa. ¡De lo mejorcito en persona! Libre. Soñador. Campaba a su aire por los vericuetos de la sal marinera. Parecía que nada le importaba. Sin embargo, cuando aún niño, en el patio de las escuelas públicas, XXV Años de Paz, cuidaba de mis hijos ciegos. Me enteré, porque un día aparecío, en la puerta de mi casa. Traía a mi pequeño tiernamente  agarrado. Juan, apenas podía balbucear. Era tímido. En el sofoco de la situación y mi cara de susto, Contín, esbozó una mueca socarrona diciendo mientras balanceaba al pequeño "Mira.¡Mira, Eva, qué cacho guaitu he pescado! Los dos se reían y reían...
Hoy, Juan, el Contín, hubiera cumplido años...Querido por todos. Llegó al final del camino cuidado y mimado. ¡Nadie osó negarle el derecho a ser feliz hasta la eternidad!

* Ensayo: "De Castreños, castrenses y castrones"
María Evangelina Cobo Zaballa

Estoy en el Telecentro del Aula de Cultura Eladio Laredo
Ordenador, nº, 16

María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales   (Cantabria)