Regalamos la tierra y la sal
de nuestras eras.
Vestas sin piedad
Nos asienta una puñalada trapera.
Mientras había subvención
Había trabajo.
Hoy Vestas nos regala
¡Palo y al cajón!
¡Agua y ajo!
Han roto las promesas
¡Cochinos traicioneros!
¡Ojo Europa! Se van...
Con sus podridos vientos
A engañar a otros obreros.
(Continuará)
Estoy en el corrupto confesionario del Telecentro de Cultura Eladio Laredo
Ordenador, nº, 11
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)