Mujeres entre bárbaros
Cuando la entraña se te abre.
Rasga tu carne.
Arrastra sin piedad el dolor
En el vacío irremediable del
infinito.
Un grito gutural ensordece lo
inevitable
Parirás con dolor…
La madre en su sagrada
oquedad
Llevará para siempre
La marca instintiva, única, imborrable.
Estoy en el Telecentro del
Aula de Cultura Eladio Laredo
Ordenador, nº,2
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)