Fotografía de María Evangelina Cobo Zaballa
Allí en la farmacia verde.
Junto a la dársena.
Moraba un duende.
Rodeado de frascos, vendas,
Cajas, formulas, recetas,
Anécdotas y clientes.
Su silenciosa sombra
Despacito se asomaba
Pronto a socorrer
Dolores, males y gentes.
Era la farmacia verde
Recuerdos de artesanía.
Un artista modeló su talle
De castaño oscuro que vestía.
Tarros blancos al frente.
Sus nombres bien aliñados.
Parecían enfermeras pacientes.
Atentas en mil cuidados.
Acido Acetil Salicílico.
Mina de la medicina.
Cura más de cien males.
La conocida Aspirina.
Bicarbonato para la digestión.
Para los dolores linimentos.
Cataplasmas de mostaza.
Pócimas de calmar tormentos.
“Déme usted un parche…”
Con reticencias pidió
Mi abuelo, Ángel, el Oso.
Y un cliente malicioso añadió…
“Despáchele uno poroso”
Y el abuelo saleroso
Al dente, súbito, saltó.
“Y a este otro por…”
Lo dicho me lo callo yo…
Los vecinos de Castro-Urdiales
Recuerdan lo muy gracioso
Del Oso en la farmacia
Pidiendo un parche poroso
Y la respuesta que dio…
*La
anécdota de mi abuelo, Ángel, el Oso, sucedió en otra farmacia. Pero... como me
silban…Por si las moscas… no les gusta mi cantar…anido y trino en otro lugar…
Estoy en el Aula de Cultura Eladio Laredo
Ordenador nº, 8.
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)