Estaba en un recinto
Encomendado a todo trapo,
Un médico diligente.
Lo cuento sin arrebato…
Saluda amablemente.
Pregunta sin indiferencia
Lleno de sabiduría
Es sencillo, ¡pura ciencia!
Sinusitis diagnosticó.
De pronto…
Suena el teléfono.
Un poco más…
Abren la puerta.
Firma. Apunta. Consulta.
Contesta.
Despacha papeles y mil
recetas
El teléfono otra vez…
Otra vez la puerta abierta…
No se sofoca el señor.
Yo, sí, ¡menuda treta!
¡Cuantos médicos a faltar!
En urgencias, el doctor,
Convertido en hombre orquesta…
Estoy en el Aula de Cultura
Eladio Laredo
Ordenador, nº, 1.
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)