Emiliana Rivas Portillo
Mili sonreía.
Enseñaba. Cosía. Cantaba.
Vestía a los cabezudos
Con primores les mimaba.
Era el hada madrina
De aquellas chavaladas.
Que corrían por las esquinas
Cómo almas endemoniadas...
"Cabezudo gigante
Con la porra adelante"
Entraban en la Correría.
Alborotaban al Charin.
Se escondían entre barquillos,
Manzanas acarameladas,
Daban susto a un malandrín...
¡ Sorpresas en algaradas!
Y Mili feliz sonreía.
Enseñaba.
Rodeada de añadidos,
Remendados, recosidos,
Bordados, zurcidos,
Lazos y puntillas...
Llena de ilusión lucía,
La vida de carne y cartón
De ésta nuestra villa.
Su porte noble.
Su trato afable.
La tierna manera del Ser.
Mili era la bondad.
¡Una entrañable mujer!
Que todas quisimos
Y que a todas supo querer.
Estoy en el Telecentro del Aula de Cultura Eladio Laredo
Ordenador, nº, 11...fuera y dentro...a robar...
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)
