Nunca
la había visto antes…
Pero, ella, no solo me había visto sino que sabía mi vida,
al dedillo…dedillo de apuntador. Ni corta ni perezosa semi escondida, en
embalaje abundante…y sobrante, me mira bajo, el cristal de su grosería y mala
educación y ¡Hala! A desahogarse…que por el momento, no paga impuestos…
Tú eres fulanita…hija de menganito…esposa de…Sí... Yo, a lo mío que me falta tiempo…y, ella, a lo suyo…Si…todavía, me acuerdo de cuando te casaste…Bien…Y que Jacinto era muy bueno. Vale. Y muy guapo. Sí, guapísimo. Y creyente, tu esposo era muy creyente. Bien. Yo, intentando quitarme a la pesada…Pero, ella, cargando pilas…
Y reptaba hacia, el sitio, donde, yo, estaba hojeando, unos periódicos. Y, metiendo la cara, en lo que estaba leyendo, tomó uno de los ejemplares que había reservado para consultar y se lo manoseo enterito. ¿Te gusta leer verdad? Sí…y cantar…y comer…y…Si, te molesto me lo dices. Sí… y largó lo que quiso. Se preguntó y se contestó lo suficiente para tener, el cuerpo relajado y feliz. Yo, ¡como si se pone a cantar, una saeta! Ni sé, el tiempo que gastó repitiendo que era creyente… ¿Y, tú, eres creyente? Sí. Lo que se dice por ahí…es justo lo contrario…Porque si los rojos… ¡Re diez fanática, en la red! Pensé…
Y, aquella, bocarra ociosa, se desgatiñaba y disfrutaba de cada palabra que soltaba. Entre, calificativo y nombre emitía, un ruidillo como si estuviese chupando huesillos. Cuando terminaba, la frase, daba, un chasquido con la lengua que volvía a ensalivar. De, toda, la verborrea que había disparado, lo único, que había valido la pena era poder constatar como cierta gente disfruta y se regodea con la vida ajena…más, si pescan morbo. Pensé… ¡que se le va hacer…infeliz con esa cara de Pitusa y ese envoltorio…los ruidillos y chasquidos…con algo se tiene que entretener.
Cualquier cosa dicha no hubiera servido de nada. Estaba como, en trance…sus ojos de cordero degollado, enfrascados, miraban, ora, hacía, arriba como si alcanzasen ver, el espíritu de la golosina, ora, se arrojaban, empequeñecidos, a la caza de los míos. De pronto, me arrebata, el periódico que tenia, en las manos y mirando, a mis estupefactos, cristalinos, dice…Porque tú, tienes las cortinas rojas. Buenoooo… La brujota, sabía, el color de las cortinas de mi casa…
Buenoooo….Entre, el turre que me había despachado…el rechupetear de los huesillos, los chasquidos y las miradotas que lanzaban, sus ojos de cordero. La pirujota estimuló, lo peor de mi persona... y viendo que seguía y seguía queriéndome convertir, a su imagen y semejanza… ¡Cielos qué horror! La dije, mire señora… no se sulfure…lleva razón, las cortinas son rojas. Las del salón, rojas. En mi habitación, verde aguacate. En la cocina, amarillas…en, azules…cremas…
¡Que manía con el rojo, con lo rico que es! ¿A que usted no sabe de que color son mis bragas? ¿A qué no? La pirujota abrió los ojazos, más, que la bocarra y expectante, balbuceaba, bueno… esas cosas… Sí. Sí. Son del color de las cortinas rojas… rojas… rojas, muy, rojas…como su lengua. Se santiguó. No digas esas cosas…repetía santiguándose ¡Que no dijera! Era lo que me faltaba escuchar para dar rienda suelta, a las ganas que tenia de ponerla sordina...Y, la contesté con ademanes de que lo haría de inmediato. Si, se queda calladita se las enseño, ahorita. ¡Salió como un rayo! Luego, me enteré que era íntima de la familia y miembro…no me acuerdo bien si, eran setas o setos.
Según lo que dicen… está casada, con uno que es testigo de un obispo. Y que si le destituyeron del cargo por culpa de una gallina… Y, que tuviera mucho cuidado porque es gente extraña… ¡A mí plin! Con tal de que no se me acerque, ¡como si es testigo deLa
Divina Comedia ! Con ser cristiana tengo bastante… ¡Estoy como
para meterme, entre, champiñones!
LA RIQUEZA DEL
ROJO
Era… la cortina roja.
Era granate.
Quizás… encarnada.
Era… tal vez… carmesí.
Era púrpura…escarlata.
Puede que… fuera grana,
Rubí, bermellón, colorada.
Era bermeja.
Era aloque.
Tinta, corinta, su lengua…
¡Rufa!
Era… era…
Del color de mis bragas…
*Baila mi pregón:
http://www.youtube.com/watch?v=NbHAjyqjokE
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)
Tú eres fulanita…hija de menganito…esposa de…Sí... Yo, a lo mío que me falta tiempo…y, ella, a lo suyo…Si…todavía, me acuerdo de cuando te casaste…Bien…Y que Jacinto era muy bueno. Vale. Y muy guapo. Sí, guapísimo. Y creyente, tu esposo era muy creyente. Bien. Yo, intentando quitarme a la pesada…Pero, ella, cargando pilas…
Y reptaba hacia, el sitio, donde, yo, estaba hojeando, unos periódicos. Y, metiendo la cara, en lo que estaba leyendo, tomó uno de los ejemplares que había reservado para consultar y se lo manoseo enterito. ¿Te gusta leer verdad? Sí…y cantar…y comer…y…Si, te molesto me lo dices. Sí… y largó lo que quiso. Se preguntó y se contestó lo suficiente para tener, el cuerpo relajado y feliz. Yo, ¡como si se pone a cantar, una saeta! Ni sé, el tiempo que gastó repitiendo que era creyente… ¿Y, tú, eres creyente? Sí. Lo que se dice por ahí…es justo lo contrario…Porque si los rojos… ¡Re diez fanática, en la red! Pensé…
Y, aquella, bocarra ociosa, se desgatiñaba y disfrutaba de cada palabra que soltaba. Entre, calificativo y nombre emitía, un ruidillo como si estuviese chupando huesillos. Cuando terminaba, la frase, daba, un chasquido con la lengua que volvía a ensalivar. De, toda, la verborrea que había disparado, lo único, que había valido la pena era poder constatar como cierta gente disfruta y se regodea con la vida ajena…más, si pescan morbo. Pensé… ¡que se le va hacer…infeliz con esa cara de Pitusa y ese envoltorio…los ruidillos y chasquidos…con algo se tiene que entretener.
Cualquier cosa dicha no hubiera servido de nada. Estaba como, en trance…sus ojos de cordero degollado, enfrascados, miraban, ora, hacía, arriba como si alcanzasen ver, el espíritu de la golosina, ora, se arrojaban, empequeñecidos, a la caza de los míos. De pronto, me arrebata, el periódico que tenia, en las manos y mirando, a mis estupefactos, cristalinos, dice…Porque tú, tienes las cortinas rojas. Buenoooo… La brujota, sabía, el color de las cortinas de mi casa…
Buenoooo….Entre, el turre que me había despachado…el rechupetear de los huesillos, los chasquidos y las miradotas que lanzaban, sus ojos de cordero. La pirujota estimuló, lo peor de mi persona... y viendo que seguía y seguía queriéndome convertir, a su imagen y semejanza… ¡Cielos qué horror! La dije, mire señora… no se sulfure…lleva razón, las cortinas son rojas. Las del salón, rojas. En mi habitación, verde aguacate. En la cocina, amarillas…en, azules…cremas…
¡Que manía con el rojo, con lo rico que es! ¿A que usted no sabe de que color son mis bragas? ¿A qué no? La pirujota abrió los ojazos, más, que la bocarra y expectante, balbuceaba, bueno… esas cosas… Sí. Sí. Son del color de las cortinas rojas… rojas… rojas, muy, rojas…como su lengua. Se santiguó. No digas esas cosas…repetía santiguándose ¡Que no dijera! Era lo que me faltaba escuchar para dar rienda suelta, a las ganas que tenia de ponerla sordina...Y, la contesté con ademanes de que lo haría de inmediato. Si, se queda calladita se las enseño, ahorita. ¡Salió como un rayo! Luego, me enteré que era íntima de la familia y miembro…no me acuerdo bien si, eran setas o setos.
Según lo que dicen… está casada, con uno que es testigo de un obispo. Y que si le destituyeron del cargo por culpa de una gallina… Y, que tuviera mucho cuidado porque es gente extraña… ¡A mí plin! Con tal de que no se me acerque, ¡como si es testigo de
Era… la cortina roja.
Era granate.
Quizás… encarnada.
Era… tal vez… carmesí.
Era púrpura…escarlata.
Puede que… fuera grana,
Rubí, bermellón, colorada.
Era bermeja.
Era aloque.
Tinta, corinta, su lengua…
¡Rufa!
Era… era…
Del color de mis bragas…
*Baila mi pregón:
http://www.youtube.com/watch?v=NbHAjyqjokE
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)
