Quise nacer. No penséis que es otra impertinencia. No, estoy
convencida de ello. Como la ratita quise conocer el mundo. Y en vez de
quedarme, en la puertecita e ir preguntando de uno, en uno… ¡nada a la buena de
Dios! Salí como Perico de la cuadra.
Y es que Perico… no os podéis imaginar… como se ponía cuando
escuchaba música. La cuadra estaba a dos pasos del ayuntamiento, donde, ahora,
se ubica el colegio de las monjas. Al pobre animal le habían familiarizado, con
la música y jolgorio. Y el muy burro, cuando escuchaba, su dulce son… daba
cuatro coces, en la maltrecha puerta y bajaba por la calle, Nuestra Señora,
directo a la plaza para regocijo del personal local y foráneo.
Como no había televisión, ni burra que te crió, el percance se
convertía en un tipical, local show. La banda, charanga o chin… chin… pun…
quedaba, en segundo plano. También, el espacio ocupado por Perico que bailaba
que no veáis…Ponía en función, todas, las manifestaciones burroides que el arte
le sugería. Cuando no un rebuzno, una carrerilla, una pirueta, entre rechiflas
de osados chavales que se atrevían a servirle de pareja. Bueno, qué era
aquello…ni el toro embolado daba tanta marcha…porque cuando los vecinos se
habían cansado de risas, sorna y recochineo y querían seguir bailando…Perico,
no pensaba igual y montaba, la de Dios es Cristo!
Al sentirse acorralado y preparado para ir de vuelta a la cuadra,
en un descuido del alguacil, se escapaba… de vuelta al baile con más fuerza y
ansias y le importaba tres pepinos que estuvieran las autoridades civiles y
eclesiásticas. Nada, el a lo suyo. Perico, tenía bien claro que iba a llevar
más palos que el burro de la
Arenera pero…quién se podía resistir al pasodoble que tanto
le gustaba.
A sustos, todos, se apartaban. Muchos, de los presentes habían
padecido, en sus lomos, las malas pulgas que tenía, el animal, cuando no le
dejaban bailar su canción preferida: Cuatro cascabeles. Daba un rodeo. Movía la
cabeza. Miraba… con aquellos ojazos de burro inspirado y amante de lo bello y
rebuznaba con toda su alma. Se ponía en posición de coz y hacia unas cabriolas
que muchos caballos de raza quisieran para sus trofeos. Tenía seguidores que
deleitados le aplaudían y Perico se ponía de un son…hasta que era arrestado por
desorden publico y con bozal y correas le tenían custodiado, en la Atalaya, mientras siguiera
la fiesta.
Mi pobre abuelo, le solía decir, entre, enfadado, preocupado y
entusiasmado ¡Perico me vas a arruinar! Y podéis creer me, o no, mi abuelo,
echándose unas risas enseñaba su diente de oro que Perico, correspondía
mostrando sus enormes dientes y resoplando orgulloso de su hazaña.
No fui deseada. Sino justo lo contrario. Hicieron de todo para que
no viera la luz. Tampoco fui querida…no se quiere, aquello que es la causa de
un desastre total. Pero, que se le va a hacer. Creo que me dio la gana
quedarme, en el templo materno, acurrucadita, más que escondidita y luchando
contra los elementos adversos del entorno más inmediato…aceite en
ayunas…carreras a tropel…ramita de perejil…apretones y masajes forzados.
Palpitaciones…miedos y preocupaciones de mi cordón umbilical. No se si por eso…
o por chocolate hueso porque del loro estoy… ¡parece que la lengua española no
tiene más dichos que el del roído chocolate, el loro!
El caso es que ¡Ecce homo! Quise decir… Y Dios creó la mujer…y muy
orgullosa de serlo. Como podéis percibir cada día me parezco más a Perico…Nací.
Crecí. Emigré a Sao Paulo Brasil. A diferencia de lo que está sucediendo con
los emigrantes de las Américas…quienes emigraban primero, a tierra extraña, era
el hombre. Después la mujer…y luego los hijos.
Habían pasado cerca de seis años desde que no veía a mi padre. Una
vieja foto, en la pared y las cartas que leía mi abuela, Flora, me recordaba
que yo, también, tenía padre. Salimos de Vigo, en un barco enorme, blanco,
lleno de ventanitas. Este… no cabe en el puerto de Castro pensé…
Desembarcaríamos, en Santos. Pero, sorpresa, sorpresa. El barco hacia escala,
en Río de Janeiro y mi padre envía, un telegrama avisando que estaría, en Río.
Pobrecito, no había aguantado tener que esperar ni un solo día más.
Nos envió, a mi hermano, un traje con pajarita y para mí, el
vestido más lindo que ninguna niña pobre pudiera imaginar…más bello que el de
la comunión porque venia con mi padre. De color rosa claro lleno de lazos y de
flores, una preciosidad y con una pamela como la de Mariquita Peréz .
Mucho antes de atracar. Los emigrantes que, por general, ocupaban
los camarotes y el espacio de clase baja, andaban por los pasillos como alma en
pena. Se asomaban por la barandilla…cuchicheaban…se metían en los
camarotes…volvían a salir…Se escuchaban alborotadas voces…en italiano…Asunta
dove è…Fulanito átate los zapatos y cuida que no…
Hacer a mi hermano que se pusiera el traje… costó un Potosí…solo
quería la pajarita que de inmediato y como Dios le trajo, al mundo, eso si, con
pajarita roja, fue a enseñar a su amigo, el cocinero, para gracia de todo el
equipo. Mi madre nos había dicho que nuestro padre estaría, en el puerto
esperando…Que si igual no podíamos bajar…que si por las vacunas…que si
tendríamos que esperar a estar con nuestro padre, en Santos…que si patatin…
La sirena del barco anunció el repetido ritual. Su sonido era
fuerte, doliente, nostálgico, tosco. Sentí como si los tímpanos se me
ensancharan para luego volver a su estado original. Todos, estábamos
encaramados, en las barandillas de segunda y de tercera clase. Aseados,
estrenados y emocionados. Había quienes gritaban, otros, agitaban los pañuelos
y lloraban.
¡Allí, estaba mi padre! Allí… entre los padres sin hijos. Y no
podía subir. Y no nos dejaban bajar…por lo de las vacunas…papeles…Y… yo hacia
casi seis años que no tenía padre…y estaba allí…abajo…Solo separado por la
escalera, el capitán que presidía el acto y el ayudante que leía los papeles…
En una de estas, a la chita callando, me fui acercando…acercando…y
¡zás! pasé corriendo. Para cuando me quisieron alcanzar, ya estaba, en los
brazos de mi padre. A bordo, se armó la marimorena y en el muelle, otro tanto,
porque estaba, totalmente, prohibido que el pasaje saliera, antes, de su
destino. Si, el capitán dejaba salir a un pasajero tenía que dejar al
resto…Todos, emocionados aceptaron que pudiera estar con mi padre, hasta, que
el barco zarpase para Santos. El capitán extendió, un permiso especial para los
tres y pudimos estar juntos.
Muchas cosas pasaron después y muchas más…Fueron días dichosos de
luces y de alegría…Pero…
Al año, mi madre, cae gravemente enferma. Ingresa en el hospital
desahuciada. Mi padre solo. Me hice cargo de la casa y de mi hermano. A medida,
en que mi madre empeoraba, los amigos de mi padre, Wilson y Elliot, nos iban
acogiendo, en sus respectivas casas o nos llevaban los fines de semana. La
parroquia de Nossa Señora da Salette, en el barrio de Agua Fría, con el hermano
Nicolau y Lorenzo, también, nos ayudaron. Para colmo de males, el gobierno
estaba reduciendo el trabajo y los emigrantes son los que primero sufrieron las
medidas. A mí padre se le van de las manos los ahorros que tenía, en hospitales
y medicinas. Se queda, sin trabajo con la mujer moribunda y dos hijos de corta
edad.
Cuando, aquello, el hermano de mi padre estaba en Colombia. Tenía
su negocio montado. El cambio de la moneda colombiana, a la moneda española,
era tres veces más que la brasileña. Mi padre, pidió ayuda a su hermano
explicando, la situación en que se encontraba. Escribió a sus padres para que
interviniesen. Nada. Yo, tenía nueve añitos. Leía las cartas… ¡nadie me puede
contar milongadas! Mi padre se quedó, solo, con la mujer moribunda y dos niños,
en un país extranjero.
¿Tú te crees marcianita, la de la huerta serrana, que yo pueda
pedir algo?
Ni mi madre, ni ninguno de mis hermanos y mucho menos, yo, debemos
nada y nunca hemos pedido, ni gota ni jota. Si, cuando pequeños y estando como
estábamos no hicieron nada de nada…Si con mi desgracia personal, no se les
ocurre otra cosa que repetir…y… repitir… que si les hubiera ocurrido que le
hubieran matado…Que si me lo había inventado…hay que tener algo más que ruindad
para decir una cosa de esa teniendo hijos ¡Abominables envidiosos! ¿Cómo puede
decir lo que dice, el borono de tu marido si apenas me conoce? Pues ya le estás
diciendo que:
Cuando mis abuelos, Flora Hernández Bilbao y Ángel Cobo Pérez,
fallecieron tenían dinero en las libretas, un terreno propio y un terreno
alquilado. Mi padre, falleció primero. Nosotros, sus herederos directos,
teníamos derecho a la herencia de los abuelos. Ni mis hermanos ni, yo, jamás
hemos reclamamos nada. Pero, teníamos el mismo derecho. Así que… ¡vete echando
cuentas morena! ¿Quién debe a quién?
A propósito, ninguno de los miembros de mi familia a saber, mis
padres, hermanos, hijos, nuera, nieto y sobrinos tienen nada de lo que por
derecho natural, se supone, deberían pertenece al caudal público, ni en plazas
ni en costa. Lo único que mi padre tiene del ayuntamiento es el nombre de una
calle, Poeta Ángel Cobo Hernández.
Fui, yo, quien pidió, por escrito, al gobierno local, de entonces,
que puesto que se estaban concediendo nombres a personajes locales, mi padre
tenía como el que más, por derecho propio, a lo mismo. La petición fue
concedida, casi, por unanimidad, sólo, un concejal rechazó, el nombramiento, el
Sr. Antuñano. ¡No fue trato de favor sino de justicia!
Ahora bien, haberlos haylos y se resarzan de otra manera o
entiende la justicia por el culo. Y cuando se cantan las canciones, más,
significativas de Castro-Urdiales, habitualmente,*(1) dan la autoría de los
textos, a terceros o se olvidan del nombre del autor que, en el caso de
canciones populares, son los más valiosos. Por cierto, nadie de mi familia ha
cobrado derechos de autor. Mi padre decía que el pueblo le había inspirado los
poemas y que tenían que ser disfrutados por el pueblo y los grupos que cuidaban
de la cultura musical. También, se han olvidado de la calle, Poeta Ángel Cobo
Hernández, en el novísimo y costosísimo panel del paseo de la playa.
Sucede, otro tanto, con mi persona. Cuando he concursado, en San
Andrés, han publicado mi poema: Castro-Urdiales en tres movimientos con los
tiempos invertidos a trozos y en páginas distintas: Poemas de la Mar, ejemplares que están, en la
biblioteca de Castro-Urdiales. Lo mismo, ocurre con las cartas al director que
he escrito, en periódicos como, Alerta y en El diario montañés, no se recogen,
como es habitual, tratando como tratan, de temas relacionados, con
Castro-Urdiales y publicados, en periódicos de Cantabria.
¡Pajarracos interesados, inmundos y fanáticos!
Y siguiendo con la familia telerín. Fueron invitados a la boda de
mi hijo porque, en mi estúpida ingenuidad, creí que habían llevados a sus hijos
a estudiar, en la academia de los míos, para olvidar el pasado y tender un
puente. ¡Me encantan los puentes, el de Castro-Urdiales, el de Portugalete y
los del Huerto Florestal! Y sobre todo los puentes familiares y he tragado
mucho para poder mantenerlos...Pero... no fue, así, por lo que dijo, Jacinto Lo
Coco Cortázar, antes, de morir. Luego, he ido observando, el comportamiento y
supe de viva voz que, uno, de los hijos había estado, en Palermo Sicilia, en
viaje de intercambio de estudiantes, castreños. Y
Pensé... ¡qué re diez se les ha perdido, en Palermo Sicilia!
Hago, éstas puntualizaciones, públicas, porque ésta gente juega
con mucha ventaja y porque estoy jartita de tanto abuso lingueril que ponen, en
mi persona, lo que son otros.
A los únicos que mi familia debe, algo, es a los tíos paternos de
mi padre, Antonia Cobo Pérez y Amado Fernández y a su prima hermana, Quiquín,
que nos recogieron, nos ampararon y nunca faltaron noticias y pequeños hilos de
amor de nuestra tierra. Y, a, Concha Cobo Pérez, también, tía paterna y a sus
hijos que dejaron gratis, un piso para que mi padre pudiese morir, en paz
porque no quería saber nada de estar, en casa de Jacinto Lo coco Cortázar.
Los profesores de los centros, en los que han estado mis dos
hijos, nunca me han llamado, la atención por pegar o insultar, a mis hijos ni
por cualquier otra cosa, sino, todo, lo contrario. Existen testimonios de mi
labor como madre, respetuosa, cariñosa y educadora, hasta, su mayoría de edad.
El único escándalo de mí vida fue por defender a mis hijos. Jamás
he agredido a nadie ni de hecho ni de palabra. Para que lo tengáis escrito: si,
asistiendo, a los plenos y viendo, en vivo y en directo a, Ana Gloria Zubiaurre
Sánchez, bien escondida, a la derecha del Alcalde ¡Viva estampa del Escariote!
Y sabiendo que, la santa, calló en beneficio propio y de los suyos, lo de
Jacinto Lo Coco Cortázar…llegareis a asimilar que mi cuajo es de cuajo… Cuando
me cansan escribo unas, “letrinas”, y me desahogo.
- ¡Toma nota Herrera, cagalera, copiera: “letrina”…-
Sí, no maté ni pegué ni maltraté al Macarrón. Le proporcioné, una,
muerte serena y pagué el entierro ¿Como es pues que voy a meterme con, esa,
banda de porpetones ambulantes? Eh...los viernes toca... ¡Pasta y Peste en
boca!
¡Para que os enteréis, boludos! A nosotros, nos ayudaron, todos,
los pueblos de España. Los españoles eran de distinto credo y condición. Las
personas que nos recogieron, en sus casas, en plenas fiestas navideñas fueron,
la familia de Jesús, en Cabaña de Virtus. La familia, Berasategui y su
inolvidable, Micaela. La maestra, Mari Sol González y sus amigos.
Los esfuerzos fueron organizados por, Ambrosio, secretario del
partido Comunista de Cantabria, Pilar Quintanal, secretaria del partido
Socialista de Cantabria y su hija Rocío, Jaime Blanco, Cesar Llamazares y El
Ateneo Libertario. Las, primeras, manifestaciones se hicieron, en Zarauz y en
Donosti, a través de, la
Asamblea de Mujeres. La ikurriña que, Ana Pedrosa llevaba y
me regaló, la guardo, como oro en paño y la llevo a todos los sitios.
En San Sebastián, me apoyaron: Fernando Múgica, Iñaki Esnaola y
Juan María Bandres. La organización feminista que se posicionó, en Cantabria
fue, Asociación Demócratica de Mujeres, con Toñi, Marta e Isabel Tejerina.
Estuvimos, en Andoain, en casa de los Berazas. En Bilbao, amparados y
protegidos por Lambroa.
Debo mucho a todos los que, en su momento, hicieron posible que la
justicia viera ¡A todos! ¡Nadie me pidió nada a cambio! Otros pero... vinieron,
pactaron y no solo se repartieron, mi dinero si no que se han hecho y quieren
seguir haciéndose, con mi vida. ¡Pues como que no!
Como vea, a alguno de, esos, Ramoncitos y Ramoncetes, Pajaritos y
Pajaritas, haciendo ver que, yo, pertenezco a ese grupo porpetones… ¡Voy a
sacar la escopeta de mi abuelo! Tenía un corcho… de aupa!
Soy bien nacida y agradecida... No tonta. Ahora, sé con absoluta
certeza, la ayuda que me vinisteis a dar, la
ayuda de la abuela. Afortunadamente, he tenido, el tiempo, la preparación, el
dinero y el valor para resistir, la lavativa y botar toda la mierda fuera, sin
importarme a quién pueda salpicar su nauseabundo olor Pero… ¡no os olvidéis
nunca! lo que habéis ganado con nuestra desgracia... lo vais a gastar con la
vuestra. Criminales, me habéis tenido treinta y cuatro años secuestrada ¡Ni un
paso más! Estoy sola y sin compromiso y no veáis que libertad de acción da ese
estado…
Por cierto, yo soy *(2) española. Estoy muy orgullosa de serlo.
Jamás he dicho lo contrario. Ni aquí. Ni allá. Ni en ningún lugar. Española. Mi
lengua materna es el español. Amo a mi lengua y a mis raíces. No me desprendo
de ninguna de ellas. Respeto, cada nacionalidad y lengua materna de cualquier
ciudadano del mundo y cuando puedo... aprendo alguna que otra palabrita.
Estoy en contra de las guerras. A favor de la libertad de expresión
de la igualdad para todos y en todo. Defiendo, como puedo y como me dejan, mis
derechos, mis ideales y mi libertad. Siempre, ayudo como entiendo. Y del mismo
modo que mi fiel amigo de infancia, Perico, me importa tres pepinos si por ello
tengo que llevar más palos que el burro de la Arenera o si corro el
riesgo de que me descerrajen, un tiro.
Así que, lo que te han dicho, fresca lechuguita, que si me van a
embargar que si voy a pedir dinero. Na de na. Paparruchas de gente mala y
envidiosa. ¡Cuanto saben de mi vida! ¡Tanto como, el profeta Daniel¡ y yo sin
enterarme! Pase lo que pase y hagan lo que me hagan. No me importa.
He estado en la calle con dos criaturas y todos los vientos, en
contra.
¿Qué puede importarme lo que me hagan, los corruptos
mandatarios,si, he denunciado, todo, lo que me han hecho y para, más,
gustirrinin, con documentación pública? Después, de criar a mis dos pimpollos
sin que nada les faltara, ha sido mi única meta, en la vida. ¡La única y lo he
conseguido! Soy feliz...feliz...feliz... ¡Excmo., e Ilmo., Gaetano Lo Coco
Cortázar, porco! Jajarajaja...
Hay quién no puede entender, ciertas, cosas. Gente, que sólo está
satisfecha cuando tiene los agujeros llenos y el resto le da igual. Cuanto,
más, llenos, mejor. Hasta el punto que tienen, el cerebro abotargado y el
espíritu atascado y atuzado. Siguen y siguen y siguen intentando llenar más y,
más, los agujeros y mirando cúal de las personas que tienen, al lado, tienen,
más, agujeros y si son más, grandes. Y sufren lo indecible porque siempre hay
alguien que tiene más agujeros y más llenos. Y se atiborran de comida, de
bebida, de pastillas de…y tienen unos caretos...
Gracias, a unas condiciones extraordinarias he alcanzado, mis
pequeños sueños y propósitos, antes, de morir. Y, de paso, he podido responder
a las dudas y preguntas que me pasaban por la cabeza cuando escuchaba, los
suspiros, lágrimas y lamentos de los españoles emigrantes, en Sao Paulo. Sin
nombrar, la encarnizada lucha política que acontece, en cada una de las guerras
que se suceden a lo largo de la historia de la humanidad. Muchas de las purgas
que se hicieron y que se siguen haciendo son consecuencia de las envidias y el
afán de quedarse con lo ajeno. Y, fabulaban, inventaban y se chivaban, familias
contra familias, vecinos contra vecinos y amigos contra amigos. Y mataron sin
piedad, a gente que nada tenía que ver con la contienda ni de unos ni de otros.
Y los tiraban donde querían, en las cunetas, en pozos. Y los arrojaban por
detrás de Santa María. Y los culpables, a la sombra y en sombra. Nadie lograba
entender, el porqué de aquellos terribles crímenes. Los familiares que intuían
quienes habían sido y sus verdaderos motivos, un terrenito lindero, una tapia,
una herencia... no podían ni hablar ni investigar por no correr la misma
suerte.
Por eso soy tan feliz y cualquiera que haya vivido lo que he
padecido y sigo padeciendo, puede entender mi hermosísima satisfacción y mi
fortuna. Creo, que es para lo único que he venido, al mundo, entrenada desde el
útero para una lucha en solitario y sin cuartel. Y me atrevo a decir que para
eso estoy aquí para dar testimonio escrito.
Por eso... y por... mucho más... ¡no padezcáis por mi, criaturas
divinas! Ha quedado bien claro, ¿verdad ángeles de amor? Pues ya sabéis, a ser
buenos, de vosotros ni el saludo, por favor. Porque yo no tengo mala
harina...ni mala azúcar… ni mala leche… ¿Entendéis?
* Foto: La Plazuela. Antes de que mis padres emigraran al Brasil vivíamos en el bajo. En mismo portal vivían Juan, María con sus dos hijas y Don Alfredo el párroco. Las necesidades las disponíamos al aire.
*(1) En ese punto tengo que precisar. Harta del olvido y de las
alteraciones sufridas sobre la autoría de los poemas de mi padre Puntualicé, el
hecho, al Sr. Don, Javier Carrasco y me prometió hacer lo pertinente. Necesité,
las partituras, para enviarlas al Brasil, donde ,Ángel Cobo Hernández, emigrante
español recibió premios y de inmediato y sin más preámbulos, me las facilitó.
Gracias, Javi, y que sigas… ¡así de majo!
*(2) Zarzuela: El niño judío
Libreto:Antonio Pasos y Enrique García Álvarez
Música: Pablo Luna
“De España Vengo”
Soprano: Saioa Hernández
http://www.youtube.com/watch?v=BdWq3CrFIUE
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)