Por favor, lea…
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Traducción:
En el discurso, parece muy bonito: "¡Vamos a acabar con esa
farra de marajás! Es
una pena que la frase, dictada por el candidato del PSL, Jair Bolsonaro, sea
tan mentirosa como la imagen de honestidad que él intenta forjar.
En el discurso, parece muy bonito: "¡Vamos a acabar con esa farra de marajás! Es una pena que la frase, dictada por el candidato del PSL, Jair Bolsonaro, sea tan mentirosa como la imagen de honestidad que él intenta forjar.
Todo su discurso anticorrupción cae por tierra cuando se enfrenta a una verdad inconveniente: su pasado. Bolsonaro no es más que un "viejo zorro" del parlamento que cancela votos por cargos.
Un caso, entre muchos, ilustra bien la diferencia entre lo que él habla de la boca hacia fuera y de lo que vale de la puerta del gabinete hacia adentro. En 1996, Bolsonaro impuso una condición para votar por el final del IPC (Instituto de Previsión de los Congresistas): "Sólo voto si me ayudan a liberar recursos en el presupuesto o indicar director de estatales".
En este sentido, algunas de sus propuestas sobre privatización y la "opinión" de que los funcionalismo son "el gran problema de la Previdencia en Brasil". Los tales fraudes de que tanto habla, vean, son las que él admite públicamente tener intención de hacer. ¿Qué esperar de quién vota en la Cámara a cambio de recursos y cargos en una función importante como el de presidente?
Otro caso claro de que Bolsonaro está más del lado de los marajás que del pueblo. "Basta recordar otra afirmación del candidato del PSL al explicar la donación de R $ 200 mil del grupo JBS a su campaña a diputado en 2014:" Mi partido recibió propina sí, pero ¿qué partido no recibe propina? ".
En el discurso, parece muy bonito: "¡Vamos a acabar con esa farra de marajás! Es una pena que la frase, dictada por el candidato del PSL, Jair Bolsonaro, sea tan mentirosa como la imagen de honestidad que él intenta forjar.
Todo su discurso anticorrupción cae por tierra cuando se enfrenta a una verdad inconveniente: su pasado. Bolsonaro no es más que un "viejo zorro" del parlamento que cancela votos por cargos.
Un caso, entre muchos, ilustra bien la diferencia entre lo que él habla de la boca hacia fuera y de lo que vale de la puerta del gabinete hacia adentro. En 1996, Bolsonaro impuso una condición para votar por el final del IPC (Instituto de Previsión de los Congresistas): "Sólo voto si me ayudan a liberar recursos en el presupuesto o indicar director de estatales".
En este sentido, algunas de sus propuestas sobre privatización y la "opinión" de que los funcionalismo son "el gran problema de la Previdencia en Brasil". Los tales fraudes de que tanto habla, vean, son las que él admite públicamente tener intención de hacer. ¿Qué esperar de quién vota en la Cámara a cambio de recursos y cargos en una función importante como el de presidente?
Otro caso claro de que Bolsonaro está más del lado de los marajás que del pueblo. "Basta recordar otra afirmación del candidato del PSL al explicar la donación de R $ 200 mil del grupo JBS a su campaña a diputado en 2014:" Mi partido recibió propina sí, pero ¿qué partido no recibe propina? ".
Corrección al traductor….
Y la lista no para ahí. En sesión de la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara, el diputado confesó que contrata a familiares directos. Citó la situación de su hijo Eduardo, hoy deputado federal por Sao Paulo, que fue funcionario del liderato del PTB entre 2003 y 2004. Su hermano el que fue exonerado, era funcionario fantasma de Alesp y recibía R$ 17 mil por mes.
Y aún tiene más. Este
mismo reportaje de 1996 menciona que Bolsónaro en la Cámara de Diputados, en
1993, ya había predicado el cierre del Congreso.
En esas elecciones, el candidato ya demuestra también la poca o ninguna preocupación que tiene con la transparencia en sus cuentas: aún no informó a la Justicia Electoral parte de los gastos su campaña en la primera vuelta ni respondió a las preguntas de los periodistas sobre eso.
Como vemos, las ideas antidemocráticas del candidato son muy antiguas y arraigadas. No se puede confiar en quien habla una cosa y en la práctica actúa totalmente diferente.
En esas elecciones, el candidato ya demuestra también la poca o ninguna preocupación que tiene con la transparencia en sus cuentas: aún no informó a la Justicia Electoral parte de los gastos su campaña en la primera vuelta ni respondió a las preguntas de los periodistas sobre eso.
Como vemos, las ideas antidemocráticas del candidato son muy antiguas y arraigadas. No se puede confiar en quien habla una cosa y en la práctica actúa totalmente diferente.
Y…
si encuentra algo mejor…
¡Vote!
Pero… Vote con
el corazón porque las vísceras nublan la razón y sin razón nunca existió una
buena solución.
Estoy
en el confesionario del Telecentro del aula de Cultura Eladio Laredo
Ordenador,
nº, 7...sale estra...
María
Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)