Estábamos
en 1992. Mis hijos terminando sus estudios superiores. Yo, acababa de terminar
el doctorado. Había conseguido una plaza de sustitución por un año en el
instituto de Lasarte. Desde que comencé a percibir un salario fijo y estar asegurada prohibí a Jacinto Lococo Cortázar que
entrara en mi casa. Hasta entonces le permitía que viniese cuando quisiera a ver
a sus hijos y le servia la comida. ¡Todo para que mis hijos no anduvieran como
maletas de restaurante, en restaurante! Y, sobre todo, para que no tuviesen que
aguantar aquel energúmeno durante toda la tarde y privarles de disfrutar con
normalidad de sus amigos.
En el instituto mencionado conseguí animar
a los alumnos a que se apuntaran a las becas para perfeccionar el
inglés. Hice otro tanto y solicité una beca para ir a Estados Unidos como
tutora. Me presenté a la solicitud y obtuve la beca. Anteriormente, había
estado en la tierra de Eudora Alice Welty, conocía y amaba su cultura. Había
elegido Literatura Americana como asignatura optativa. Aparte de conocer el
norte del país tenía dos proyectos en mente. Por un lado quería verificar
en vivo y en directo si era cierto que en América había oportunidades para dar
clases y si, el sueldo, valía la pena.
El otro motivo estaba relacionado
con mi tesis doctoral. Estaba trabajando sobre la obra de la
escritora española, María de Zayas y de Sotomayor. Entre investigación e
indagaciones descubrí que en la Universidad de California, un profesor había
realizado su tesis doctoral sobre el hispanista y traductor, John Stevens,
autor intrínsicamente relacionado con la obra de la escritora española,
María de Zayas y de Sotomayor.
Cuando aquello, aún no se tenía acceso al
milagro de la comunicación, la Señora y Dueña de todo lo habido y por haber,
Internet. ¡Y mucho menos a Watson! Me pasaba lo que en tiempos de
emigración sucedía a los emigrantes pobres, había teléfono, pero, no
había chines. Y, eso de ver al otro… ¡en sueños! Las llamadas costaban un buen
pellizco y ponerme en contacto con la persona adecuada. ¡Imposible!
¡En la vida llego tarde a todo! Y,
mientras voy llegando como no me da la gana de cerrar los ojos ante obstáculos
insufribles para cuando los rodeo, me lastima el tiempo. ¡Podía haber
estado dando clase donde están otros! Pero, el precio era demasiado alto o
quizá no tenía necesidad… ¡Vete a saber! Llego tarde, aunque la dicha sea
buena… Y… llegué a lograr mi sueño americano!
Cuando el avión aterrizó, en Madrid,
se escucho una voz que decía: “Never again!” Pasado el susto de
miedo…Relatado con pelos y señales a las intimas… Y prometiéndome una y otra
vez como si de central nuclear se tratara, never again! Hasta tal punto
fue repetida la frasecita que las compañeras de facultad, amigas y
conocidas nada más verme cachondeándose decían, ¿Con que querías
alcanzar el sueño americano verdad? “Please,
repeat with me, never again, ok”
Sí, sí,
sí. Lo conté, lo conté y lo conté. A
pesar de que el macizo y guapetón que me acompañó hasta mi llegada a
Madrid me dijera, así, como quien no quiere el disimulo que no lo contara…fue
lo primero que hice. Y no lo llevé a la prensa por respecto y agradecimiento a
todas aquellas familias que se habían portado conmigo de maravilla.
Eso, de que me manden ir en contra de mis
propios sentimientos e intereses ¡me da un prurito! que no lo puedo remediar y
lo suelto a la primera. ¡Yo, no mando a nadie que haga esto o aquello! ¡Allá
cada cual con su conciencia! si la tiene. ¿Por qué tengo que hacer lo que a
otros les viene en gana? Nada, que de siempre mis decisiones las he tomado, yo,
y nunca culpo a nadie de mis equivocaciones.
Entre
las cosas buenas que descubrí, en Milwaukee, aparte de sus acogedoras y
solidarias gentes fue el sistema sanitario. Cuando, Linda y su hermana, María
José, se dieron cuenta que la sinusitis que padecía no remitía, me acompañaron
a la clínica. En la clínica, después de examinarme, detenidamente, me dijeron con
gracia: “¡Ni que fueras de Milwaukee!”, haber si resolvemos tu sinusitis como a
nuestros paisanos que la padecen durante todo el año. Me dieron unas pastillas
para quitar la infección y el dolor, las justas y necesarias. Ni una más ni una
menos. El doctor que me había examinado me dijo que habían notado un pequeño
bulto, en uno de los senos. Me preguntó si tenía costumbre de hacerme la revisión le dije que, antes de hacer el viaje, me
habían realizado citología y mamografía. Me recomendó que nada más llegara a
España repitiera la mamografía.
De
vuelta a casa con los sueños y las
pesadillas del país de Ralph Ellison, en mente, lo primero que hice fue saber donde tendría trabajo. En listas de sustituciones tocó desplazarme al
instituto, Pío Baroja, de Irún. En cuanto pude fui a realizar la mamografía y
como iban a tardar decidí hacerla en clínica privada. El bulto era un nódulo de
grasa. La citología resultó salvadora tenía un carcinoma en el útero. Cáncer.
Comenzaron con los pedacitos para ver si…si…no…
¡Nada!
A quirófano y todo fuera. Para qué demonios me iba arriesgar si la célula
avanzaba como un ciclón caribeño. ¡Nada, lo que no paga impuestos a la calle!
Sustos
tras sustos, pero, gracias a Dios bien.
No
había pasado el mes de la intervención. Nos llega una orden de embargo. Jacinto Lococo Cortázar, había hipotecado la vivienda donde vivía con mis hijos.
- Jacinto
Lococo Cortázar, no cumplió el pago de pensiones establecidos por ley, en la Audiencia de Santander,
y, posteriormente, en el Juzgado de Laredo. No. ¿Que hacía? Depositaba el
dinero, en una libreta a nombre de mis hijos y mío, en la Caja de Ahorros de Santander
de Castro-Urdiales. La Caja
de Ahorros de Santander, hoy, Caja de Cantabria. No han querido informar a
quién enviaban la correspondencia.
Ni
yo, ni mis hijos tuvimos conocimiento de los ingresos, hasta, encontrar los
papeles tras la muerte de Jacinto Lococo Cortázar. Los documentos de la
Caja de Ahorros de Santander, hoy, Caja Cantabria, muestran
como las libretas que venían a nuestros nombres fueron utilizadas para pagar,
entre otros, un coche a Ana María Gallastegui Roca. La niña que venía a los cumpleaños de mis hijos y que
pasó a frecuentar la casa de Jacinto
Lococo, con apenas doce años.-
-Antes
de ir a trabajar como tutora a Wisconsin, Jacinto donó, la vivienda de las
Arenas y un pequeño local, en
Castro-Urdiales. Cuando mis hijos me comunicaron que su padre tenía intención
de donarles los mencionados bienes. Les dije que no estaban en situación de
rechazar nada, pero, que eran bienes gananciales. Cuando se nos presentó el
embargo es cuando comprobamos que el Sr. Don, Jacinto Lococo Cortázar, hermano
del ex magistrado del Tribunal Supremo de Roma el Excmo., e Ilmo., Gaetano Lo
Coco Cortázar, en estrecha relación de intereses familiares con la Notaria Arenal , habían donado a
mis hijos dos propiedades hipotecadas, hasta, el tuétano. Primero el padre, el
notario Arenal Bedoya, con mis bienes gananciales montó la empresa, Conservas Nicola
Lo Coco SA, 1984, y luego el hijo, el
notario, Arenal Otero, volvió a repetir la poca vergüenza y abuso de todo-
Conseguí
parar el embargo y el consecuente desahucio. Gracias a mi pericia, habilidad y
previsión, principalmente, previsión. Y, digo previsión porque cuando se toma una decisión, la que fuera, se tiene que
prever lo bueno y lo malo. Menos para elegir marido por circunstancias de la
vida y la familia que me vino dada, para el resto he sabido ser previsora y merced a ello
sobrevivo. Cuando compré el dúplex, en las Arenas, me decidí por el que tenía
dos entradas independientes. En la escritura se describía como si fueran dos
viviendas. En su día pensé…El piso es enorme… Si, los mozos se quieren independizar retiro la escalera, monto una cocina y sanseacabó.
¡Mira
por donde! Aquella previsora decisión me brindó la posibilidad de separar los
pisos y empeñándome hasta la tranquilidad conseguir la proeza. Amueblé el piso
y quedó precioso. Lo vendí por debajo del precio habitual. Y de golpe, paré el
embargo, el desahucio y las deudas que Jacinto Lococo Cortázar, había donado a
los hijos con el asesoramiento de su hermano y la ejecución en la notaria
Arenal.
Los
costes de la comunidad de las Arenas suponían un gran esfuerzo y al dividir el
dúplex no podía alquilar habitaciones.
Decidí vender la otra mitad. El nuevo proyecto era montar una academia. De esta
forma, mis hijos tendrían trabajo,
sueldo para mantener los gastos originados y experiencia, requisito indispensable para
conseguir empleo. Nos pusimos manos a la obra. Con el dinero de la venta,
después, de pagar otras deudas donadas por Jacinto Lococo a sus hijos.
Compré
el piso de Juan de la Cosa ,
4, le reformé y creé una academia de estudios. Mis hijos daban clases y yo me encargaba del resto. Todos los
profesores que se contrataron durante aquellos años tuvieron el contrato de
profesor. No tuvimos más que contratiempos por parte del departamento de obras
del ayuntamiento de Castro-Urdiales ¡Ahora, sé porqué y quién me los creaba!
Me
sobró lo justo para dar entrada a la casa de Portugalete. Para obtener la hipoteca di como garantía la propia
casa y la nomina que percibía por mi
trabajo como profesora. Una hipoteca cuyos intereses eran de los de…baje Señor
de los Cielos… ¡y a la hoguera con estos
sinvergüenzas! que mientras cobraban intereses de el 9% no decían nada y callaban como putos. Y,
después de haberse puesto las botas y los botines han calzado a los pueblos con sus
despropósitos y desmesuras tóxicas.
* Veo…veo…
¿qué ves?...una cosita…
Nada
más salir por la mañana… de frente el hermano del embajador de Méjico. Cruzo la
calle haciendo esquina, la nuera de Florita...y…otra rosa…y otro capullo y…Hoy no ha aparecido,
Olabarria, ocupaba su lugar, Amurrio…Olabarria, Amurrio y otro que también
baila fueron los directores del BBVA. Durante su oficio permitieron que
Jacinto Lococo Cortázar, hipotecara las propiedades de gananciales, sin mi
firma. La mayor parte de las hipotecas se realizaron en el año 1992.
Y…
¿Por qué, Caja Cantabria, no me quiere dar el movimiento de las libreta que estaba
a mi nombre y que Jacinto Lococo Cortázar, utilizó sin mi consentimiento?
Y…
¿Por qué, el BBVA no quiere darme el movimiento de todas las cuentas de Jacinto
Lococo Cortázar si tengo derecho?
Y…
¿Por qué, el BBVA hipotecó todas las propiedades de gananciales, sin mi firma?
Entonces…
¿Es que el BBVA no sabe que no se puede hipotecar bienes gananciales sin la
firma de uno de los conjugues?
Entonces…
¿Es por eso que tengo la los directores que oficializaron el mandato alrededor
mío?
Y…entonces…
¿Es que en el lote de acompañamiento entran familiares y amigos?
Y…
entonces… ¿Es que el BBVA después de los delitos cometidos pagan a sus
empleados para acosar a la victima del expolio sufrido?
Y…entonces…
¿Es por eso que tengo cuando no a los Olabarrias, cuando también a los Amurrios? Y el otro...
¿A
ver si el movimiento de cuentas va a sacar a flote más niños, niñas, adolescentes y sus
respectivos hijitos? Y…las familias consentidoras…y…las autoridades
implicadas…y…
¿Watson,
has encontrado algún cerdo?
María
Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)
* Watson…No sé quién hace
esto ni el porqué… ¡Ni desde cuando!
Pero
como veo que le gusta tanto…tanto…tanto…mi blog…hasta el punto que sale su www.mybestcv.co.il/TextPage.aspx?id=7978235
He decidido añadir los textos
y de esta manera dar más satisfacción al insatisfecho…
Aviso…yo, no comercializo con
mis artículos…letrillas…letrinas…traducciones… ¿Vale?