El burro de la Arenera
Que estaba más que salido
Obcecado por amor
Tiró lo de ser vendido
Era gris casi blanquito
Como la carga esperada
Que vendía la Arenera
Para arenar nuestras casas
Tras burrita se metió
En tienda de ultramarinos
Menudo cisco montó
Entre bacalao y pepinos.
Daba coces rebuznaba
Mordía a todo vecino.
A palos y agua salió
Corriendo loco destino.
María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales (Cantabria)