domingo, 13 de enero de 2013

BAJANTES AMENAZANTES Y EMBARGANTES






¡Ya dirás... querido... lo abandonado que te tengo! 
No te preocupes, aún, no te he cambiado  por otro. Aunque, de vez en cuando  no te creas…una canita al aire… ¿Te acuerdas lo último que me sucedió con el piso de la cosita? ¿Cómo que no? Si es el único que nos da de comer, a ti y a mí. Watson,  no olvides que el dinero del alquiler es mi salario. Si no pagan no podemos vivir… Así que pon atención por lo que pueda ocurrir.
Dejé el filo de la navaja pendenciera en  la última inundación,

-¡Como no! Están que se van… Y… se han vuelto a ir,  justo, encima de mi piso y de mi piso,  en  Juan de la Cosa, 4, 1º, al bajo donde se cobija la herreria. Sí, Watson, antes se iban los que dejaba irse, en comunión cristiana, la Sra. Doña, Carmen Abio Urrutia. Sí, la caritativa alma había alojado a unos emigrantes y a  dos ovejas, en el  segundo piso de su propiedad…Pero…  sin haber adecentado el retrete que se iba cuando hacía falta -

en  compás de espera y con la música me fui a otro cante. Porque todo en mi vida es cuestión de cantes y de prioridades  para actuar según mis principios y necesidades vitales. En éste caso, solucionar los embargos que me han producido las decisiones llevadas a cabo por los dos únicos propietarios y vecinos de la casa de Portugalete. Para atenuar el acosador entuerto; está en venta lo que tengo, el piso de Portugalete y el piso de Castro-Urdiales. Y, es que si no consigo vender, los cuatro y el del tambor, me van a dejar como el de Morón.
En esos menesteres estaba cuando me vino el afectado por la inundación. Y, ya sabes…*(1) El piso está alquilado al Sr. Don, Rufino Díaz Helguera, para una asociación cultural, pero, es utilizado por el grupo político al que el mencionado Sr. pertenece, AXC. Cuando sucedió la inundación, yo, no tenía llaves del piso. El inquilino, según, lo manifestado por el perito del  seguro del afectado, Mafre, ni se le conseguía localizar, ni la persona que estaba al cargo, del mismo, daba permiso para entrar  y peritar.
Bien, Watson, no tengo ganas de repetir lo mismo. Buscas en google y te pones al tanto de cómo conseguí que se pudiese entrar, en el piso alquilado por el Sr. Don, Rufino Díaz Helguera, y utilizado por, AXC.
Resulta que después de denuncias, la llave del local fue entregada al administrador  de mi seguro para poder entrar y  verificar lo que estaba sucediendo en el piso. Como es habitual, en mí, no pongo  impedimento alguno  en investigar y constatar el origen y causa de la avería que dicen producía la inundación. ¡No te olvides de lo que te digo, Watson, porque, ahora, viene el ¡Guate aquí hay tomate!
Para saber cual era el alcance sufrido por el local, “La Herreria” de Castro-Urdiales, como  expliqué en su momento, me puse en contacto con su propietario. Me estuvo repitiendo… que claro… que si tendría que ir a la Guardia Civil a denunciar los hechos… que si era un peligro…un sin fin de…que… si…que…si. En un momento determinado, le dije, haz lo que quieras estás en tu derecho… ¡Mira, ni a propósito el piso está en venta! Además, eres vecino y propietario del inmueble por lo que eres preferente en  la compra. No lo dudó y pasamos a negociar  la posible compra del piso. Le di el nombre del abogado para que tratara  con él. Yo, estaba tan contenta como la lechera  porque con  el dinero de la venta  resolvía la deuda a la que he sido forzada por el acoso inmobiliario de los vecinos de Portugalete y de su ayuntamiento.
¡Nossa Senhora da Aparecida!  ¡Agárrate, Watson, que  viene curva porque la que te voy a lanzar  suelta un hedor que va a llegar… ¡Hasta…las Antípodas!
Esto, pero,  te lo cuento como me lo han contado porque,  allí, no estuve para ver lo que había pasado… El caso, nunca mejor dicho, es que entraron, en mi piso de Juan de La Cosa, 4, 1º,  para   verificar la avería que, según, el perito de Mafre habían ocasionado, en el local, “La Herreria”. Yo, naturalmente, pendiente de lo que lo que sucediera. Me dijeron que  se había solucionado el peritaje. ¡Bien!
Llamé a unos albañiles y fui al piso para que valorasen  los daños sufridos y de paso presenciar como le habían dejado. En su día, le entregué recién pintado, en perfecto estado, con los enseres nuevos según reza en contrato. Cuando llegué, mi sorpresa, no fue ver la mala fe y mala voluntad o cuanto de  desagradecido y desalmado es el Sr. Don, Rufino Díaz Helguera y los usuarios del piso ¡No, fue eso, no! Y, como en los viejos sobres de Sorpresa que compraba los domingos en la Barrera… ¡Los hechos  superaron la imaginación!
¡Habían modificado por completo una columna y apuntalado el techo! ¡Y, lo habían realizado, sin mi firma o consulta para ejecutarlo! ¿Te suena de algo verdad, Watson? De inmediato, hablé con el responsable de mi seguro y le pregunté quién había realizado la obra y firmado el permiso. Pregunté al dueño del local, La Herrería, me dijo que no sabía nada. Envié un fax a mi seguro, Generali Seguros. Como no obtuve respuesta, me puse en contacto con consumidores, y  envié a, Generali  Seguros, un burofax certificado con copia de contenido.
Mientras tanto, el Sr. Don, Fernando Sánchez Angulo, y el  abogado que lleva la venta del piso andaban en trámites. Pero…como en  el chiste alemán…suban…estrujen…y bajen…Tanto… bajar…tanto…estrujar…Le dije al abogado que me daba que el Sr. Don, Fernando, no tenía interés de comprar. Y, entonces, comencé a pensar… y a atar cabos… Y… ¿Por qué me decía que iba a ir a la Guardia Civil…y no fue? Y… ¿Por qué no sabía decir quién había realizado la obra, en mi piso de Juan de la Cosa, sin mi consentimiento, si, el tenía las llaves? Y…por qué modificaron la columna entera donde estaba  la bajante…bajante… ¡Bajante!... ¡La cata que tumba!
¡Andala! ¡Corre, Evangelina, que antes de que corran, los hay que se los meten en la cazuela! ¡Anda, no, vuela! Que  te quieren hacer lo mismo, en el otro tomate! Sí, Watson, sí. Porque, *(2)  en Portugalete, en la calle María Díaz de Haro, 4, 1º, estaban tratando, con el letrado, el permiso para hacer un peritaje y había dejado las llaves para que lo hicieran cómodamente como, en el piso de  Juan de la Cosa, 4-1º. Sí, Watson, gracias a la obra que hicieron, en la vivienda de Castro-Urdiales, sin mi permiso y de una manera digamos, a lo mafrié, o, si lo prefieres, a lo sinvergoncé, es cuando tomé la decisión de no dejar entrar, en Portugalete a nadie que quisiera hacer obra dentro de mi piso, sin una orden judicial que estipulara, para qué y por qué tienen que retirar la bajante del piso de Portugalete, ahora, después de la rehabilitación y no antes.
¿Entiendes, Watson, las trafulcas  de bajantes, estrujantes, arrancantes, rehabilitantes, termitantes, asegurantes, embargantes, politicantes y sinvergonzantes que tengo alrededor? Pues, lo dicho...
No hace falta ser un lince para saber qué querían los señores de la cosita... ¿A que no? Fue cuando, encajé la última pieza que faltaba para componer el puzzle de mis desgracias. Watson, entré, en tus dominios… ¡Uiii! Y… allí, estaban…y no veas como *(3)  el tambor repicaba y los *oscarines y oscarones, *rovitas y rovitonas,  cómo bailaban y se regodeaban…
Le mandé un corre., al abogado diciendo, mis conclusiones del asunto de la venta del piso, al Sr. Don, Fernando Sánchez Angulo. No obtuve respuesta. Dicen que el abogado ha sufrido un grave accidente.
Nada más iniciar el año, me llama el Sr. Don, Fernando Sánchez Angulo. Y mi letrado, según, dicen, en el hospital. El Sr. Don, Fernando Sánchez Angulo, me  comunica de la misma forma y manera que  la vez anterior: corriendo, con prisa, pareciendo agobiado, que iba a convocar una reunión con los vecinos del edificio, Juan de la Cosa, 4, para pedir permiso y sacar un tubo por el patio de luces de la comunidad.
Me explicó que sin la salida de humos no puede abrir el local. Me preguntó haber si  iba asistir a la reunión. Le contesté que iría y que era la primera vez que me comunicaban una reunión de vecinos, después, de la denuncia que hice de la resta de metros  del patio de luces y de su irregularidad urbanística ¡A propósito! le comenté, mira que tenemos que hablar de… No me dejo terminar la frase…Tenía poco tiempo a perder  porque es un señor muy ocupado y  que me llamaría. Lo único  que le quería decirle es que…

-Yo, una mujer, sola, sin un céntimo disponible ni para comer, a punto de ser embargada, por delincuentes de guante blanco,  organizados y bien distribuidos, había  tomado la decisión de no venderle el piso, aunque me diera no ya el precio de su valor, sin bajantes ni “estrujantes” ni...-
 
No te vendo el piso ¡Ni por un cerdo de oro! Y…el humo lo vas a tener que sacar a resuellos porque, hasta, que el ayuntamiento de Castro-Urdiales, no me de por escrito que el patio no presenta irregularidades urbanísticas. Yo, no soy quién para dar permiso a nadie con esos hechos.
Y…tú…Watson…  teniendo… no… a… uno… sino… a… dos… cerdos… con… label… en… tus… saberes… ¡Cómo rediez no dices nada!


* Personajes: El tambor de hojalata

Günter Grass

*(1) Mobbing en Castro-Urdiales

*(2) María Díaz de Haro,4, la cata que tumba.

*(3) Portugalete: el mobbing del robbing


María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales    (Cantabria)