jueves, 5 de enero de 2017

CASTRO-URDIALES: EL CEBO DE MAMÁ Y LAS SOCIALES







Me quieres decir morena, ¿qué historia es esa de el cebo de mamá?
Yo, no…Mejor que te lo diga Andrea…
¡Hola,Watson! Mamá pertenecía a una familia de alcurnia. Estaba separada. Sin dinero y con mucho postín. ¡Pobre mamá!
Cuando conoció al Lo Coco, yo, tenía ocho añitos…Íbamos a todas las partes juntos y me quería mucho…mucho…mucho…A veces, me metía en la cama con él. Me hacía cosquillitas y jugábamos a un juego que se llamaba, la calle Paris.
¿La calle Paris, Andrea?
Sí, Watson, sí. Era muy divertido. En la cama, el, Lo Coco, levantaba y  doblaba las piernas. Luego, las abría  y se tapaba con las sábanas y me decía, ¡vamos a la calle Paris! Yo, tenía que pasar por entre el hueco que dejaba tal postura. El recorrido de la calle era el mismo, que el de su cuerpo oculto por las sábanas… Desde  los pies, hasta el cuello.  Cuando, yo,  alcanzaba, la meta  trazada, sacaba la cabeza...Entonces,  me besaba  y me acariciaba. Era tan bueno y cariñoso... Lo que pedía, me lo daba. ¡Éramos tan felices!
Pero… No sé qué sucedió…Discutían y discutían. Él dejó de venir. Mamá, le llamaba para que le diera dinero, y, me ponía al teléfono para convencerle. Pero, él no venía…Mamá, repetía y repetía  que mandase más dinero…Que tenía una enfermedad…que no podía hacer lo que, él,  pedía y que si no,  se casaba… seguiría, adelante.. Que si, Menchin, se estaba ocupando de ella. Pero, que mandara dinero para gastos. Mamá, le envió una carta escrita con boli rojo y le amenazó con… Reñían mucho…muchísimo…Al poco, mamá se casó con un médico y nació mi hermanita, Teresa.
¡Buenooo! ¡Qué anzuelo, morena! ¿Y de los  hijos del Lo Coco, qué sabes? ¿Cuántos tiene?
¡Qué sé, yo! ¡Pregúntaselo a Iñaki Carrasco y familia!
No obstante, pronto lo sabrás, Watson. En cuanto sepan que, aún, están a tiempo de heredar, se harán visibles.
Y, mentando a visibles…Ya, sabes, amigo Watson, que ando cambiando de itinerario…Hoy, por la mañana, he salido del Aula de Cultura, más o menos, hacía las once y pico. Tomo, la calle Dr. Manuel  Munio y salgo a Leonardo Rucabado. Al instante, pasa por mi lado, Alejandro Zaballa Prada, de seguido, Juan Rubén Alegria Sanmartin, un poco más tarde,  Roberto Ulloa Zaballa.
Y ¿Qué te han dicho, morena?
Decir, Watson, no dicen  nada. A menudo, pero, aparecen por las esquinas…Estoy pensando… que igual son muy tímidos y se pasean, sólo, para recordarme que comparten la suerte de ser agraciados con viviendas protegidas. Y que, según el BOC, en el sorteo, el bombo toca la flauta de la fortuna de dos, en dos  hermanitos…
¡Qué bonito! Morena… ¡Qué bonito!
Estoy en el Telecentro del Aula de Cultura Eladio Laredo
Ordenador, nº,7. Ampliación, 7/1/17, ordenador, nº,11

María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales   (Cantabria)