lunes, 7 de noviembre de 2011

CUANDO LA LIMOSNA ES MUCHA… EL SANTO DESCONFÍA.




A menudo, Genaro, el asturiano utilizaba esa expresión…
Los emigrantes estaban pasando mala racha. Había dificultades. Brasil se deslizaba  cuesta abajo sin remedio.
La política del presidente, *(1) Juscelino Kubitschek de Oliveira, en un puntual hecho no fue la más acertada. Con las manos en la masa la corrupción. Sus gastos superfluos, falta de prevención y de control, dispararon la inflación que derivó, en el posterior desastre. ¡Nada nuevo! La cosa se repite pero resulta que no aprendemos…
Los de siempre llevaron a la banca rota al gigante brasileño. De la mano a los motivos que el escritor, Jorge Amado, apunta en sus novelas teníamos que añadir el empeño acelerado de centralizar la capital.
Durante el ejercicio del presidente, Juscelino Kubitschek, se creó, a prisa y sin necesidad inmediata, Brasilia.
El proyecto no era malo. Sí, su proyección, principalmente, la falta de prevención en la realización. Para que nos entendamos, se pusieron a atravesar la mata virgen, hasta, llegar al corazón de la selva brasileña. ¡Horror! La virgen se defendió como pudo de la agresión. Y apenas acababan de hacer las kilométricas y más que costosas  autopistas, la selva ya se había devorado el trayecto inicial. Las fuertes raíces levantaban el asfalto y tomaban su antigua posición. ¡Un desastre! Y todo así... Cientos de miles de los cruzeiros de la época se dispersaron y perdieron su valor, anticipadamente, porque Brasil no necesitaba, en aquel momento, centralizar su capital. Una soñada joya esculpida antes de tiempo…
Se podría haber hecho poco a poco y no como se hizo. El pueblo pagó un precio muy alto por los estúpidos devaneos de grandeza. Digo estúpidos, pero, a lo mejor fueron bien estudiados. Tan estudiados como el sueño de la ninfa  Europa.
El caso es que entre los años, 1959 y 1960, el sector de la construcción sufrió un revés. La economía se hundió. El cruzeiro se devaluó y las esperanzas de empleo desaparecieron. El pueblo brasileño quedó atrapado en la miseria y con él ,nosotros,  los emigrantes. 
Entonces, por cada cruzeiro que se mandaba, a  España, las familias recibían de cuatro a cinco pesetas. Aquellos, emigrantes que tenían un pequeño negocio, a duras penas, conseguía mantenerse, pero, los emigrantes que dependían de una nómina. ¡Las pasaron canutas! ¡Ya no podían enviar ni un solo cruzeiro de las Americas!
Era tiempo de * (2) Cacareco…
“Ca-ca-ca-ca-re-co/ Cacareco, cacareco é o maior./ Ca-ca-ca-ca-re-co/ Cacareco de ninguém tem dó…”
http://pt.wikipedia.org/wiki/Rinoceronte_Cacareco
Tiempo de * (3) Conceiçao…"Se subiu...ninguém sabe...ninguém viu"
Cuando suceden  desastres sanitarios, políticos, económicos... lo primero que hace el oriundo del país es poner la culpa al extranjero. Y se escuchaba, los mismos comentarios que se dice, donde convivan emigrantes y nativos. Esos... tienen la culpa… Nos vienen a robar nuestro trabajo…y... bla…bla…bla…
Se olvidan el porqué y el para qué vinieron los emigrantes…Borran del entendimiento la falta que tenía el país  de mano de obra barata…de especialistas…o, simplemente, de convenios solapados, entre, gobiernos a sabiendas o a espaldas del pueblo...
Recuerdo y el estomago se convierte en  nudo prieto y frío. Con la nefasta situación un amplio número de  emigrantes perdieron su trabajo. Genaro, el asturiano, fue el primero. Era, Genaro, de naturaleza alegre y campechana. ¡La alegría de la huerta! El matrimonio no tenía hijos, mi hermano y yo éramos un poquitin de ellos. Les queríamos. Cuando venían a casa nunca faltaba una pequeña sorpresa escondida. ¡El intríngulis era encontrarla!  Cuando nos enfadábamos porque no la encontrábamos, decía... ¡esto te costará… un besin! Y se reía diciendo… ¡hay que poner emoción, en las cosas!
Un día el matrimonio se presentó, en casa,  sin avisar. Algo pasaba porque, Genaro, estaba pensativo y su mujer triste. Habían echado, a la calle, a más de media plantilla y  le había tocado. Justo, antes, de terminar el pago del coche.
De  los emigrantes, amigos,  fueron los últimos a llegar a Sao Paulo. Vinieron como vienen los emigrantes por un conocido del barrio. Genaro salvó la papeleta del desempleo, gracias a, esos, conocidos que tenían un chiringuito. Pasó a ocupar, el puesto que había dejado para ir a trabajar a la General Motors. Vendió el coche. Dejó el adosado y pasó a compartir una vieja casa con una familia de italianos que estaban atravesando por la misma situación.     
A pesar de los pesares, Genaro, no había perdido su gracia ni su alegría. Aquel día vinieron de un contento subido. Intentaron convencer, al grupo de emigrantes que estaban reunidos, que el negocio ofrecido por fulanito de tal les iba a convertir en millonarios. Tal como estaban no podían enviar dinero a sus padres y menos, aún, ahorrar para la casita y la huerta que habían planeado comprar, en Asturias.
No hubo manera de convencerlos. La mujer se quedó en la casa con la familia italiana y, él,  se fue a probar fortuna al garimpo.
Se puso a medias con quién le había calentado la cabeza. El socio ponía el dinero y él,  entraría en el negocio con su trabajo. ¡No es nada difícil llevar un emporio, exclamaba! Mila, su mujer, se puso a trabajar en una casa.
Pasaba el tiempo y nadie recibía noticias del bueno de Genaro. Mila apenas había recibido cartas.  Dos de los más allegados fueron a buscarle. Le encontraron, más, muerto que vivo. Hacinado, en una barraca, lleno de mugre y de miseria. Hubo que pagar al socio del emporio lo que debía. Le tuvimos en casa, hasta, que recuperó la salud. Todo el grupo de emigrantes colaboró.
A partir de la peripecia cada vez que alguien proponía cualquier cosa que  salía de lo normal repetía: “cuando la limosna es mucha, el santo desconfía”. Yo, también, tenía que haber desconfiado de la limosna y del tinglado que se habían montado conmigo. Pero, no lo hice… Los pocos años, la falta de conocimiento, la terrible  necesidad y la desesperación, te lleva a creer, en realidades que no existen.



*(1) Juscelino Kubitschek de Oliveira fue reconocido como el demiurgo de los años dorados del Brasil. Acusado de comunista su nombre fue prohibido en los medios de comunicación. Para hablar del tema de la construcción de Brasilia, como no se podía mentar el nombre del presidente, el recurso utilizado por el autor, Lauro César Muniz,  en su tele novela, Escalada, (Red Globo 1975),  fue mostrar a los personajes silbando la canción, “Peixe-Vivo”, que identifica al ex presidente por ser una canción del folklore minero.
http://www.youtube.com/watch?v=ww7o3tDePYo

*(2) Traducción: Cacareco fue un rinoceronte del Zoológico de Sao Paulo que en las elecciones de octubre de 1959 ganó cerca de 100.000 votos como edil. En aquella época la votación se realizaba con células de papel en el que los electores escribían el nombre del candidato preferido.
Cacareco fue uno de los más famosos casos de voto de protesta nulo o voto nulo, en masa, de la historia de la política brasileña. Una vez de convertirse en el candidato más votado de los escrutinios:el partido mas votado no llegó a los 95.000 votos.
Después del resultado de las elecciones, Stanislaw Ponte Preta, comentó en el periódico, Ultima Hora, que diversos miembros de la cúpula del PSP anduvieron rondando la jaula de Cacareco para colocarlo en lugar de Adhemar de Barros" El entonces presidente, Juscelino Kubitschek, declaró: “No soy interprete de acontecimientos sociales y políticos. Aguardo  las interpretaciones del propio pueblo”
La idea de lanzar al animal como candidato parece haber sido del periodista, Itaborai Martins, en protesta contra el bajo nivel de los otros 450  concurrentes. El hecho fue notorio y sirvió como referencia para varias análisis y porcentajes, en el Brasil, de voto nulo y de los llamados votos de  protesta.
La critica, utilizaba la canción, "Conceiçao", como rechazo  a los continuos viajes, del presidente, Juscelino Kubitschek, en avión  “Se subiu ninguém sabe ninguém viu”, “Si subió nadie sabe nadie lo vió”


María Evangelina Cobo Zaballa
Castro-Urdiales  (Castro-Urdiales)